Vitoria - El de Fernando Pacheco será uno de los grandes nombres en el verano del Deportivo Alavés, ya que todo hace indicar que el extremeño está viviendo sus últimos días como guardameta albiazul. Tras tres años espléndidos en los que ha sido bastión fundamental en los éxitos del equipo vitoriano -ascenso a Primera División, dos permanencias y final de la Copa del Rey- y a punto de cumplir los 26 años, al cancerbero de Puebla de Obando le toca ya buscar un horizonte más ambicioso en un escalafón competitivo superior al que tiene en Mendizorroza. Se trata de una cuestión de sobra conocida en las oficinas del Paseo de Cervantes, desde donde hace poco más de un año se redobló la apuesta por el pacense con una renovación hasta 2020 que incrementaba de manera considerable tanto su salario como su cláusula de rescisión con el objetivo de partir en una situación ventajosa a la hora de negociar su salida. La misma no se produjo el pasado verano al no llegar ninguna oferta de consideración -la Real Sociedad realizó una consulta ante la opción de que Gerónimo Rulli abandonase Anoeta, cuestión que no se acabó produciendo; ahora, la llegada de Miguel Ángel Moyá ha provocado que esta opción de salida se desvanezca-, pero todo hace indicar que sí que llegarán propuestas en el próximo mercado. Y uno de los clubes que pueden mostrar su interés en hacerse con los servicios de Pacheco es el Sevilla, que tiene al extremeño entre sus prioridades de cara a la campaña venidera.

Parecía que el cuadro hispalense iba a tener su portería bien cubierta durante unos cuantos años con la pareja de canteranos formada por Sergio Rico y David Soria, pero el irregular rendimiento del primero y la decisión del técnico Vincenzo Montella de apartarlo de la titularidad en el momento decisivo de la temporada sitúan su continuidad en el club en entredicho y tampoco el hasta hace poco suplente ofrece las garantías suficientes como para llevar el peso de una temporada completa en un equipo de las exigencias del sevillista.

Salvo que en el Sánchez Pizjuán se produjese en el tramo final del curso la catástrofe de no conseguir la clasificación para la Liga Europa de la próxima campaña, todo hace indicar que Montella seguirá siendo el entrenador y el director deportivo Óscar Arias el encargado de confeccionar el nuevo proyecto. La decisión del preparador italiano de relegar a Rico a la suplencia le abre al guardameta de par en par las puertas de salida de la entidad, cuyo objetivo es conseguir una buena contraprestación económica -su cláusula de rescisión asciende a cuarenta millones de euros- por un portero de 24 años, internacional absoluto y que presenta en su hoja de servicios cuatro temporadas de experiencia en Primera División y dos títulos de Europa League.

Seguidos desde hace años En el caso de que consiga colocar a su hasta hace poco indiscutible guardameta titular, el Sevilla afrontaría la contratación de una nueva pieza para su portería. Y ahí uno de los nombres que aparecen subrayados en rojo es el de Pacheco. Desde los despachos hispalenses se sigue al de Puebla de Obando desde que militaba en el Real Madrid y ya le sondearon antes de su desembarco en Vitoria. Un seguimiento que, antes con Monchi y ahora con Óscar Arias, ha continuado durante las tres últimas temporadas. Se valora su juventud, sus dos años de experiencia en la máxima categoría siendo uno de los jugadores más destacados del Glorioso y su capacidad para ser resolutivo bajo palos en un equipo que recibe muchos remates, además de transmitir una enorme sensación de seguridad y tranquilidad a sus compañeros; sus principales debes siguen estando en las salidas y en el juego con los pies, apartados en los que Rico ha sido muy criticado.

La cláusula de rescisión del cancerbero alavesista asciende también a cuarenta millones de euros, pero se trata simplemente de una postura de fuerza a la hora de negociar ya que se trata de una cantidad del todo inalcanzable, más aún tratándose de un portero. Aunque con la actual locura del mercado las cifras también amenazan con dispararse en esta demarcación, siguen siendo los futbolistas menos cotizados y sus precios reales están lejos de su relevancia sobre el césped. No obstante, en las oficinas del Paseo de Cervantes se pretende hacer un negocio importante con su traspaso y conseguir una indemnización que le permita hacer frente a otras inversiones, tanto estructurales como en nuevas incorporaciones.

Un futuro perfilado Como la venta de Pacheco es una opción ya contemplada -y deseada, habría que añadir- por el Alavés, desde el club ya hay un plan estratégico perfilado para suplir a tan importante pieza de cara al futuro. El mismo se puso en marcha el pasado verano con la contratación de un joven prometedor como Antonio Sivera, por el que se hizo una importante apuesta con el abono de dos millones de euros al Valencia -cuenta con una opción prioritaria de recompra de precio creciente hasta los cuatro millones- y un contrato por cuatro temporadas. Tras un año de aprendizaje a la sombra de Pacheco y con la experiencia de la Copa -todo hace indicar que debutará en Primera en los partidos finales del curso para ir ganando minutos de calidad-, se espera un paso adelante del internacional sub’21 alicantino en la campaña venidera.

Como viene siendo costumbre, el Alavés buscará un segundo guardameta de un perfil similar a los de las últimas temporadas: joven, de buenas referencias pasadas y con proyección. Ahora es Sivera quien ejerce de sombra del indiscutible titular, un papel que la pasada campaña desempeñó Adrián Ortolá. Eso sí, si finalmente se acaba produciendo la salida del cancerbero de Puebla de Obando, todo hace indicar que la próxima temporada habrá una competencia real entre Sivera y la futura nueva incorporación por ser el guardameta de referencia albiazul, una cuestión en la que no ha existido debate alguno en unas tres últimas temporadas en las que San Fernando se ha erigido en uno de los mejores porteros de la historia del club.