Ignacio Iglesias Villanueva será uno de los nombres recordados en la actual campaña del Deportivo Alavés. No en vano, las decisiones del colegiado gallego han sido determinantes para que el conjunto vitoriano no haya podido sumar algo más, curiosamente, en sus dos encuentros disputados en Barcelona. Si ya en el Camp Nou fue decisivo, de nuevo lo fue ayer en el RCDE Stadium. Sin la polvareda de aquel encuentro contra el inminente campeón liguero -entonces en Can Barça se criticó con dureza su elección después de un grave fallo al no conceder un gol de los culés en Valencia-, pero, de nuevo, barriendo claramente a favor del equipo local y más grande en la toma de decisiones. En este caso, no se acordó de que en su día no fue del todo justo con El Glorioso.
La acción más relevante se produjo mediada la segunda parte, en una falta de Víctor Sánchez sobre Burgui en el borde izquierdo del área. Iglesias Villanueva se llevó claramente la mano al bolsillo en claro gesto de mostrar la cartulina amarilla, pero se inhibió cuando se dio cuenta de que era la segunda amonestación para el lateral, lo que hubiese supuesto su expulsión. La imagen lo dice todo, reculando cuando parecía claro que iba a dejar al Espanyol con diez con casi media hora por delante.
Fueron unos minutos de enorme descontrol por parte del colegiado gallego, que hasta en dos ocasiones más erró gravemente. Dejó sin señalar un libre indirecto dentro del área por juego peligroso -que a punto estuvo de ser penalti- de Duarte sobre Guidetti y cortó un contragolpe de dos albiazules que encaraban solos la portería de Pau López al no aplicar la ley de la ventaja. Todo ello aderezado con un reparto de tarjetas amarillas un tanto peculiar y, de nuevo, una clara mano sin penalizar dentro del área del Espanyol tras un disparo de Tomás Pina, muy similar a la de Sobrino con Umtiti en el Camp Nou. Un desastre. - DNA