Vitoria - En su primer partido como entrenador del Deportivo Alavés, Abelardo Fernández tuvo que recurrir al filial para cerrar la expedición a Girona ante la falta de elementos que entonces sufría. Un par de meses después, el técnico asturiano ha ido ganando elementos en sus planes. Los fichajes de invierno, los jugadores que han subido desde el filial, la recuperación de lesionados, la puesta a punto de elementos que parecían perdidos... Toda una serie de factores positivos que ha redundado en que el número de piezas útiles se haya incrementado de manera significativa para contar ahora con un fondo de armario mucho más profundo que hace un par de meses cuando llegó el preparador asturiano a Vitoria. Una cuestión que va en beneficio del colectivo, ya que, sobre todo en determinadas posiciones, la competencia se encuentra al alza en estos momentos. Y eso quiere decir que el puesto hay que ganárselo en los entrenamientos, lo que siempre va en beneficio de todo el colectivo.

La zona ofensiva es donde más se ha notado el crecimiento del número de piezas útiles. La soledad de Munir El Haddadi había sido una situación sangrante durante los primeros meses del curso, ya que la opción de Christian Santos no llegó a cuajar como tampoco lo hicieron los diversos acompañantes que le fueron poniendo al madrileño. Abelardo optó en un primer momento por Burgui como segundo punta al no tener más alternativas, pero ahora el abanico del preparador alavesista se ha ampliado de manera considerable. Con el fichaje de John Guidetti, el gran estado de forma que atraviesa Rubén Sobrino, la recuperación como elemento utilizable de Bojan Krkic y la irrupción desde el filial de Ermedin Demirovic, hay piezas de sobra aún cuando Santos siga en el ostracismo.

La incorporación del segundo fichaje invernal, Hernán Pérez, también ha servido para incrementar la competitividad en las bandas ofensivas. Ibai Gómez y Alfonso Pedraza se siguen manteniendo como titulares, pero el paraguayo ha sido una alternativa a la que ha recurrido ya mucho el técnico gijonés. Por si fuera poco, el restablecimiento completo de Burgui tras su lesión suma un nuevo elemento a la disputa, ya que el extremeño es muy del gusto de un entrenador que ya le dio mucha confianza la pasada campaña en el Sporting y que apostó por él como titular en su estreno como albiazul.

También en el centro del campo el número de piezas útiles se ha incrementado de manera considerable. Durante semanas, la pareja formada por Tomás Pina y Manu García fue prácticamente inamovible al no existir alternativas que garantizasen un mínimo de rendimiento. Y eso que el medio de Ciudad Real tardó muchísimo en alcanzar un punto de forma adecuado. La tercera pata hasta la llegada de Abelardo fue casi siempre Mubarak Wakaso, sobre todo teniendo en cuenta que en muchas ocasiones se jugó con tres centrocampistas. El asturiano, en cambio, ha depositado una mayor confianza en la figura de un Dani Torres que ha crecido en las últimas semanas, firmando algunas de sus mejores actuaciones desde su desembarco en Vitoria. Pero es que, además, el fondo de armario en esa demarcación se amplía en una pieza más, ya que también Álvaro Medrán ha actuado en esa zona. La mala fortuna para el resurgir del cordobés fue que no pudiese jugar la eliminatoria copera contra el Valencia, que muchos de sus compañeros aprovecharon para crecer.

Los laterales, lo más flojo En el centro de la defensa ha sido la reaparición de Víctor Laguardia la que ha propiciado el aumento exponencial del número de piezas útiles. El zaragozano no ha tardado casi nada en restablecerse como titular como acompañante de Rodrigo Ely, pero tanto Guillermo Maripán como Alexis Ruano -Adrián Diéguez parece haber quedado ya en un plano mucho más secundario- han dado la cara siempre que han jugado en las últimas semanas.

El malagueño, además, se ha convertido en el comodín de Abelardo para cubrir las ausencias en la zaga. Y es que si en el centro de la misma no hay problemas de número, en los laterales es donde más escaso va de piezas el entrenador. Con Carlos Vigaray y Héctor Hernández lesionados desde hace tiempo, los únicos carrileros específicos con Martin Aguirregabiria y Rubén Duarte. Los dos únicos puestos en los que, a estas alturas, la competencia dentro del propio equipo no está al alza.