Vitoria - Uno de los fichajes más perseguidos por el Deportivo Alavés desde su ascenso a Primera División y el último en cerrarse en el pasado mercado veraniego, Munir El Haddadi, lleva ya dos meses consecutivos viviendo su particular momento dulce con la camiseta albiazul. El día de su presentación fue parco en palabras, pero no dudó a la hora de señalar que esperaba, como mínimo, marcar una quincena de goles esta temporada. Una cifra que sonó a palabras mayores y que muy pocos albiazules han alcanzado en las doce temporadas anteriores de la entidad del Paseo de Cervantes en la máxima categoría. Un registro que parecía inalcanzable también para el madrileño después de un arranque de curso en el que le costó acertar con la portería rival, pero que se ha convertido en factible con la racha actual que le ha llevado a marcar siete goles en los últimos once encuentros, cuando anteriormente solo había conseguido una diana en los once partidos precedentes.
Con sus actuales ocho goles, el hispano-marroquí ya ha igualado su mejor marca realizadora en una sola temporada, que databa de la campaña 2015-16 con el Barcelona, y también ha empatado con Edgar Méndez, que el pasado curso fue el mejor artillero albiazul en la suma de las dos competiciones. A escasas horas de regresar al hogar en el que explotó como futbolista -tras comenzar en equipos madrileños, se fue al Barcelona en juveniles y se consagró con una maravillosa actuación que condujo a su equipo al título de la UEFA Youth League-, se presentará en el Camp Nou como la gran baza ofensiva del equipo de Abelardo Fernández. No en vano, el momento de forma que atraviesa es sensacional y se ha convertido en uno de los jugadores más peligrosos de Primera División en los últimos meses y el recurso atacante más fiable que maneja este Alavés.
En la Copa que se cerró el miércoles, el delantero de San Lorenzo de El Escorial ha sido letal. Cuatro goles (dos al Getafe, uno al Formentera y otro más al Valencia) en 163 minutos de juego. Una asombrosa media de un tanto prácticamente cada 40 minutos de juego. Unas cifras que han venido a adornar unos registros en la competición liguera que han ido creciendo en las últimas semanas. Tres goles (Las Palmas, Málaga y Leganés) en las seis jornadas más recientes después de haber conseguido solo uno en las doce precedentes.
A la estela de los mejores En dos meses, el madrileño ha engordado su rendimiento ofensivo para situarse en la estela de ese registro de quince dianas que se había marcado cuando aterrizó en Vitoria. Puede parecer una cifra fácil de alcanzar, pero solo cuatro alavesistas lo han conseguido con anterioridad en las doce campañas precedentes del club en Primera División.
Antonio Olivares marcó 15 goles en 16 partidos (una media de 0,94) en la 1930-31; Wilson, 19 dianas en 25 encuentros (0,76) en la 1954-55; Javi Moreno ostenta el mejor registro con 28 dianas en 42 apariciones (0,67) en el curso 2000-01; y cierra la relación Rubén Navarro con 15 tantos en 44 partidos (0,34) en la 2002-03. Munir acumula en estos momentos 8 goles en 22, una media de 0,36 goles por encuentro, pero que se ha visto aumentada a 0,64 por partido con los siete tantos que ha marcado en los últimos once encuentros.
El madrileño ha recuperado en las últimas semanas el instinto goleador que siempre le ha caracterizado y que fue el que buscó El Glorioso en una contratación por la que ya apostó fuerte en el verano de 2016 y en la que insistió de nuevo, hasta cerrarla, en el de 2017. Y es que aunque últimamente había actuado más como extremo, el actual referente albiazul defendió desde el día de su llegada que él siempre ha sido un delantero.
Esa afirmación cojeó durante unas cuantas jornadas. Demasiado solo en el ataque sin contar con ningún acompañante, encontrar el camino hacia la portería rival se le hizo cuesta arriba. Y, encima, en las oportunidades que tenía no era capaz de definir correctamente.
Le fallaba el gol, pero no el compromiso. En Vitoria, Munir ha aprendido un fútbol diferente. Las dudas que podían existir acerca de sacrificio, esfuerzo y actitud las disipa cada día con su sacrificio. Corre, pelea y se pega con todas las defensas rivales por mucho que siempre se encuentre en inferioridad física. Para hablar de su compromiso, basta con su imagen pidiendo perdón a Mendizorroza por sus muchos fallos en ocasiones claras justo después de haber marcado ante el Málaga un gol decisivo. Cuando todos estaban celebrando un tanto tan importante, por su cabeza pasaban los errores que tan caros podían haber costado ese día.
Siete goles en once partidos hablan bien a las claras del gran momento que vive Munir. Una cuestión fundamental para el Alavés, ya que se trata de un jugador desequilibrante y letal. No en vano, solo ante el Leganés se ha quedado el cuadro albiazul sin ganar cuando ha marcado su referente ofensivo, quien ahora se alegra de la llegada de John Guidetti para que le ayude en la batalla.