Vitoria - Suele rezar un refrán del castellano más castizo que no llora quino no mama, lo que viene a advertir que si uno pretende defender lo que es o considera suyo, sea cual sea la pieza en cuestión, no le queda más remedio que pelearlo hasta el final. Bien llorando, bien actuando o bien denunciando, de manera pública o en privado, lo que considera una injusticia. Algo de todo esto hay en el actual Deportivo Alavés, inmerso en las últimas horas en una delicada situación deportiva que, quizá como consecuencia de la tensión del momento, le está llevando a protagonizar formas de proceder con algunos de sus jugadores muy poco elegantes o cuando menos chuscas. La historia que sucede, que no es nueva, arranca en la madrugada del pasado viernes y afecta a los jugadores Bojan, Katai y Santos además del propio club. Según informaba entonces el programa el Partidazo de Cope, el club adeudaría a estos jugadores las nóminas salariales desde el mes de noviembre, un retraso deliberado que respondería a la estrategia de presión por parte del club para forzar la salida de todos ellos, portadores de algunas de las fichas más altas de la plantilla y con los que no cuenta para lo que resta de temporada. Según esta misma cadena, el Alavés tendría en este sentido un problema presupuestario para poder cumplir el tope salarial que le impuso LaLiga, de casi 38 millones de euros, lo que encajaría en su deseo de prescindir de Bojan, Santos y Katai por lo elevado de sus fichas. Según pudo comprobar ayer este periódico, al menos dos de los tres jugadores implicados confirmaron los impagos desde noviembre -el tercero prefirió mantenerse al margen- y denunciaron en privado las “malas artes” y un estilo “muy poco profesional” empleado por el club para forzar su salida del Alavés. Un extremo éste que la entidad albiazul desmintió horas después a través de un comunicado de cuatro líneas donde anunciaba estar al día con los pagos a la plantilla y descartaba problemas presupuestarios con el tope salarial. De forma extrañamente curiosa, el anuncio de este comunicado al filo de las 12.00 horas coincidió en el tiempo con el pago de las mensualidades adeudadas a los jugadores, que al filo del mediodía recibían en sus cuentas los atrasos correspondientes.
Una circunstancia un tanto parecida a la que el pasado verano le ocurrió a Adam Hanga, exjugador de Baskonia que denunció a su antiguo club por una deuda de 200.000 euros, una gran parte correspondiente a lo que tenía que haber percibido en el mes de julio. Según la denuncia de la que entonces se hizo eco Mundo Deportivo, el jugador reclamó al club vitoriano en varias ocasiones el pago de aquellas cantidades, teniendo finalmente que optar al Fondo de Garantía Salarial para intentar cobrar ese dinero. También entonces, Baskonia publicó un comunicado en el que aseguraba estar al día con el jugador, un dato que fue avaladado por la propia ACB. Sea como fuere, y a pesar de igualar el tanteo con el Barça por el jugador, el húngaro hizo las maletas de Vitoria aquel verano. Justamente un año antes, también hubo revuelo en el club con Darius Adams por una acusación similar, aunque parece que el jugador acabó cobrando lo que restaba de su contrato el último día disponible para ello. - A. Goñi