12 de agosto de 2017. Final de la primera edición de la Euskal Herriko Txapelketa con Athletic y Alavés como aspirantes a la txapela que guardaba el expelotari Juan Martínez de Irujo para el ganador y, contra todo pronóstico, partido nulo y escándalo sobre el césped de Lasesarre. Lo nunca visto. La tensión del choque, pese a carecer de oficialidad, provocó durante el encuentro innumerables guerrillas entre los jugadores de ambos equipos, una tangana, incesantes protestas al colegiado y un leve pero desagradable toque del alavesista Alexis Ruano a Palencia Caballero, árbitro de Segunda B que no pudo, ni quiso lidiar con el desarrollo final de un envite al que decidió poner el punto final antes de tiempo. Lo hizo, para sorpresa generalizada, en el minuto 88 con 2-2 en el marcador y dejando boquiabiertos a futbolistas, entrenadores, aficionados y organizadores.

Nadie daba crédito. La mecha, sin embargo, la encendió la expulsión por roja directa de Alexis en el minuto 70 y la desafortunada reacción del defensa malagueño, quien tocó la cara de Caballero con sumo desprecio antes de tomar el camino hacia los vestuarios. El árbitro de la categoría de bronce, lejos de titubear, llamó a sus asistentes y se dirigió hacia su vestuario con el objetivo de no volver a escena. Lo impidieron, no sin dificultades, jugadores de uno y otro conjunto, quienes se apresuraron a detenerle. La charla con los capitanes de Athletic y Alavés, así como con los delegados resultó fructífera y el partido continuó, pero finalizó a dos minutos del final cuando una fea entrada del paraguayo Óscar Romero sobre Enric Saborit, con nueva cartulina roja de por medio, dio pie a una mayúscula trifulca que colmó la paciencia del trencilla, que dio entonces por concluida la final.

Los futbolistas, sorprendidos, se despidieron con deportividad sobre el verde e hicieron autocrítica en la improvisada zona mixta de Lasesarre, donde se repartieron las culpas más allá de no entender plenamente la decisión de Caballero. “Al principio ha tenido un motivo para irse tras la expulsión de Alexis. En la segunda ocasión creo que aún le duraba lo anterior, estaba demasiado afectado y se ha desmadrado todo”, apuntó José Ángel Ziganda, mientras que Luis Zubeldía, entonces técnico del Alavés, remarcaba que “el árbitro tenía autoridad para expulsar a quien sea y con eso habría sido suficiente, pero la verdad es que ninguno de nosotros le hemos ayudado y todos tenemos que recapacitar”. Fue así, del modo más inesperado y triste posible, como finalizó el que figura a día de hoy como último precedente entre uno y otro equipo, que volverán a medir sus fuerzas este domingo en San Mamés. Lo harán esta vez con puntos en juego en una liga que se ha llenado de dificultades para ambos conjuntos, hasta el punto de que Zubeldía fue destituido tras la disputa de la cuarta cita liguera. Las satisfacciones del curso pasado, en el que Athletic y Alavés obtuvieron el derecho a enfrentarse en Lasesarre al cerrar la temporada como los dos mejores equipos vascos en los derbis, han dado paso a los numerosos lamentos sufridos en una campaña en la que leones y babazorros suman razones suficientes para perseguir con ansia cada punto en juego. La necesidad, no en vano, aprieta a bilbainos y gasteiztarras, que volverán a verse las caras en un choque en el que no se espera ninguna réplica de lo sucedido en Barakaldo. Dicho episodio, relegado ya a un segundo plano y sin mayor incidencia en el presente, se presenta sin embargo como el antecedente más cercano entre dos equipos intensos donde los haya.

dos partidos, cero goles Los choques correspondientes a la temporada pasada sonrieron al Alavés, que no mordió el polvo en ninguna de las dos citas. En la primera vuelta, San Mamés vio cómo el cuadro albiazul lograba sumar un punto tras no encajar gol alguno. En Mendizorrotza, la matinal fue aún más aciaga para el Athletic, pues el botín fue mayor para el cuadro gasteiztarra, que volvió a dejar su portería a cero y aprovechó a las mil maravillas el potente disparo con el que Theo Hernández puso el a la postre definitivo 1-0 en el luminoso. Una manifiesta falta de puntería de cara a portería lastró sobremanera a los pupilos de Ernesto Valverde, que sufrieron un tropiezo que acabó resultando decisivo para perder la sexta posición al término del campeonato. Este domingo, con La Catedral como testigo, el Alavés intentará volver a salir airoso de Bilbao, quién sabe, si con el delantero John Guidetti ya en sus filas en calidad de cedido.