Vitoria - No parece de recibo en un campo de Primera División relativamente nuevo pero así están las cosas. Cuando el Alavés juega en Mendizorroza y llueve, algo bastante frecuente a estas alturas como se puedo ver el sábado ante el Espanyol, los socios se mojan. Al menos los de una parte de la Tribuna Principal y los de otra en el fondo de Cervantes. Curiosamente además, se mojan no los más expuestos a las inclemencias por no estar tapados por la techumbre, como sería lo lógico, sino los de las últimas filas donde, se supone, es imposible ser víctima de la lluvia. Pero en este Mendizorroza que Josean Querejeta quiere remodelar -probablemente cuestiones como las goteras serán otro elemento de juicio más para llevar a cabo su discutido plan-, todo es posible, y los socios se mojan en cuanto la lluvia arrecia. La última ocasión fue el sábado, cuando la gran cantidad de agua caída antes y durante el partido provocó fugas de agua “escandalosas” que dejaron vacíos al menos un centenar de asientos de las zonas afectadas, según denuncian varios socios, que además de tener que protegerse con un paraguas grabaron incluso la “penosa imagen” con “ríos de agua” por los asientos afectados. “Una triste estampa que espero que el club solucione cuanto antes porque para eso he pagado. Le doy quince días”, amenazaba ayer un socio afectado de Cervantes. - A.G.
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