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1-0, minuto 13: Sanabria. Jugada combinativa del Betis por la banda derecha, Barragán centra solo y Sanabria se adelanta a Ely para cabecear cruzado.

2-0, minuto 75: Alexis, en propia puerta. Rápida contra del Betis que le llega a Joaquín en la derecha y el centro del extremo lo mete Alexis en su portería al intentar despejar.

Amonestó a Javi García (minuto 30), Munir (minuto 39), Amat (minuto 74) y Wakaso (minuto 77).

El Deportivo Alavés ha entrado de lleno en un bucle desastroso que conduce directamente al pozo si no se consigue antes dar el volantazo que cambie el destino de un equipo que lucha ya contra sus propias limitaciones y la fuerza del destino. No fue El Glorioso un equipo excepcional ayer en el Benito Villamarín, sobre todo en una primera parte que regaló a su rival, pero en el cómputo total no fue menos que un Betis que aprovechó la combinación de su puntería en un gol tempranero de Sanabria, dos errores clamorosos del colegiado Trujillo Suárez que castigaron a un equipo vitoriano que encima puso de su parte con su habitual problema en la definición y ese golpe de mala fortuna que ya se ha convertido en habitual y que supuso un nuevo gol en propia puerta. Todas las circunstancias en contra para una nueva derrota en la que se dio un cúmulo de situaciones de las que llevan de cabeza al hoyo.

Estaba obligado De Biasi a cambiar el once inicial que había planteado en sus dos primeros partidos y lo hizo con una variante táctica, pasando a la defensa de tres centrales, dejando los carrileros largos para Vigaray y Pedraza y componiendo de un centro del campo de enorme poderío físico y capacidad de sacrificio con Wakaso acompañando a los habituales Torres y Manu García. Todo para tratar de sembrar de minas la zona de creación bética y aprovechar la velocidad de los laterales para salir al galope después de la recuperación.

El planteamiento era clarísimo y los jugadores albiazules no hicieron otra cosa que interpretar la partitura que había trazado el italiano. La marea de piernas en el centro del campo con muchos jugadores en muy poco espacio entorpecía el juego bético y se lanzaban transiciones rápidas en busca de Munir, en las que en el arranque falló la precisión.

Esa exactitud milimétrica en el pase sí que la tuvieron los verdiblancos en su primera aproximación de peligro. Una jugada de circulación que dejó a Barragán liberado para centrar desde la derecha y un desmarque perfecto de Sanabria, adelantándose a Ely para cabecear cruzado y hacer la ventaja local a los 13 minutos de juego.

Reaccionó de inmediato el cuadro vitoriano a lomos de las internadas de Pedraza y una sucesión de tres saques de esquina, pero le falló de nuevo en esta serie el pase definitivo. Córneres que no superaban la figura del primer defensor y una internada hasta casi el paso del cordobés, que no fue capaz de levantar la cabeza y buscar a uno de sus cinco compañeros que esperaban en el centro su servicio tras haberse incorporado a la jugada a balón parado. Otro de los graves problemas de este equipo, al que le cuesta llegar con varias piezas al área, una carencia que se agrava aún más cuando Munir abandona la punta para buscar el desequilibrio por banda.

Apenas un espejismo de un par de minutos que dio paso a un Glorioso excesivamente contemplativo que permitió a los de Setién jugar demasiado cómodos. Sin una presión adelantada agresiva y con la defensa demasiado hundida, los verdiblancos encontraban espacios a la espalda de los pivotes para avanzar y generar peligro fácilmente. Eso sí, el duelo podría haber cambiado de nuevo de escenario justo antes del descanso de haber castigado Trujillo Suárez con penalti un claro agarrón de Mandi a Munir cuando el madrileño se encontraba en situación ventajosa.

Nada más arrancar el segundo acto, salvó los muebles Pacheco a disparo de Camarasa antes de que Pedraza de nuevo pusiese contra las cuerdas a la zaga local con una de sus internadas. Acto seguido, de nuevo Trujillo Suárez, Munir y Mandi protagonizaron un triángulo en el que el colegiado se equivocó en beneficio del Betis al castigar un fuera de juego inexistente del madrileño que ya había superado a Adán con su vaselina.

Por fin crecía el Alavés y se convertía en una amenaza para los verdiblancos, a los que se les comenzaban a aparecer sus fantasmas defensivos después de haber encajado una decena de goles en sus dos últimos encuentros. Adán engrandecía su figura de nuevo para salvar una falta directa de Medrán. Se merecía mucho más El Glorioso, pero faltaba el golpe de gracia en forma de jugada desafortunada que viene siendo habitual. Un contragolpe perfectamente ejecutado por los sevillanos, un centro de Joaquín y, otra vez, el intento de despeje de Alexis se colaba en la portería de Pacheco para ensanchar el resultado hasta hacerlo definitivo, ahondando de esta manera la derrota en la galopante crisis albiazul.

Mala primera parte. El Alavés concedió demasiado al Betis en una primera parte en la que cedió el balón a los verdiblancos, que consiguieron marcar muy pronto y manejarse con comodidad. Posteriormente, la reacción fue insuficiente por la aparición de un salvador Adán.

Todo en contra. Trujillo Suárez dejó sin castigar un penalti sobre Munir y señaló un fuera de juego del madrileño que no era. Por si fuera poco, llegó un nuevo gol en propia puerta.

El delantero vive en soledad y ayer encima le tocó una batalla desigual contra los centrales Mandi y Amat por el desastroso arbitraje de Trujillo Suárez. Lo intentó de todas las maneras.

Muchos problemas en cuanto el Betis superó a Wakaso y Manu García y le encontró la espalda, donde había un agujero enorme. Muy lento a la hora de regresar hacia atrás.

A falta de más minutos. El Alavés tuvo un buen arranque de segunda parte en el que de sobra mereció mucho más y también contó con dos decisiones determinantes en contra del colegiado, pero los minutos notables del equipo vitoriano fueron demasiado pocos dentro del global de todo el partido.