0-1, minuto 33: Munir. Gran desborde de Pedraza por la izquierda y el cordobés da el pase de la muerte para que Munir remache.
0-2, minuto 81: Medrán. Saque de banda, centro de Duarte desde la izquierda y cabezazo perfecto del centrocampista cordobés.
Amonestó a Maripán (minuto 2), Vigaray (minuto 60), Bardhi (minuto 61), Alexis (minuto 67), Manu García (minuto 71) y Boateng (minuto 78).
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La enfermedad que durante las últimas semanas ha mantenido postrado en la cama al Deportivo Alavés todavía no ha desaparecido y el club vitoriano sigue en situación de enorme riesgo, pero la primera victoria de la temporada, en la séptima jornada y en el estreno de Gianni De Biasi en el banquillo, sirve para comprobar que hay esperanza. La gravedad de la situación sigue siendo enorme, pero El Glorioso por lo menos ya ha conseguido respirar con la acumulación de los primeros puntos en su casillero. Como poco, aún no está desahuciado, que no es moco de pavo teniendo en cuenta todo lo negativo que arrastra ya en su mochila. El crecimiento de los últimos partido se vio refrendado con una mejoría evidente, con una defensa que anuló al Levante y una catarata de ocasiones que acabó propiciando dos dianas decisivas que alimentan la esperanza.
De Biasi había afirmado que le gustó lo visto ante Deportivo y Real Madrid, por lo que el técnico italiano optó por hacer solo dos cambios con respecto a las alineaciones de Javi Cabello en esos dos encuentros. Precisamente, las variantes coincidieron con las dos primeras que se produjeron ante el cuadro blanco, la entrada de Alexis en el lateral derecho por Vigaray y la de Pedraza por Burgui, quedándose el cordobés como extremo izquierdo y desplazando a Ibai Gómez a la diestra.
El peso del juego recayó desde el comienzo en el Levante, mientras que el Alavés se dedicó a correr tratando de cerrar espacios con mucho movimiento de sus cinco centrocampistas y, en ocasiones, sensación de desorganización por el constante intercambio de posiciones. La primera ocasión la disfrutó Álex Alegría, demasiado solo en el área aunque su disparo se fue desviado tras centro lateral de Toño. El dominio granota era prácticamente absoluto ante unos vitorianos incapaces de salir de la zona de compromiso ante sus problemas con el balón en los pies. Así, de nuevo el cuadro valenciano desperdiciaba una ocasión clara con otro remate desviado, en esta ocasión de Morales.
El Glorioso no estaba generando absolutamente nada, pero se encontró en una acción a balón parado con un remate a bocajarro de Munir que rebotó en el hombro de un Raúl Fernández que se encontró con el balón. De seguido, otro remate al larguero del propio delantero madrileño tras un gran desborde de Pedraza, imparable por la banda.
Esas dos acciones sirvieron para que los albiazules comenzasen a respirar tras veinte minutos de correr detrás del balón. Cuando la sensación volví a parecerse demasiado a los tres desplazamientos precedentes, en los que se erraron también ocasiones clarísimas con el empate a cero, la conexión entre Pedraza, soberbio por la banda, y Munir volvió a repetirse y esta vez el delantero remachó a placer la sensacional jugada del extremo para poner la ventaja en el minuto 33.
De Biasi optó por el repliegue de líneas con la ventaja en el marcador y se volvió a repetir la tendencia de los primeros minutos del partido, con el Levante dominando y los albiazules achicando espacios en defensa tratando de evitar los problemas. Eso sí, con momentos de sufrimiento, como las dos carreras que tuvo que pegarse Maripán, con la amenaza de una amarilla desde el segundo minuto, para cerrar las internadas de Morales yendo al límite del derribo para sostener el 0-1 al tiempo de descanso.
En la reanudación, optó López Muñiz por dar entrada a un delantero como Boateng prescindiendo de un pivote como Pier, lo que dio al Levante una mayor presencia en zona de peligro y la respuesta que propuso al poco De Biasi fue la entrada de Vigaray por Ibai para confeccionar una defensa de cinco.
Tras sufrir en los primeros compases, el Alavés supo sobreponerse. Comenzó a perder tiempo cada vez que el balón se paraba y así logró romper el ritmo de los granotas. Y por si fuera poco, volvió a generar ocasiones claras al contragolpe, aunque ni Munir ni Pedraza encontraron la puntería para sentenciar.
Cuando todo hacía indicar que el duelo enfilaba hacia un final de enorme sufrimiento, El Glorioso encontró por enésima vez el fallo de la defensa granota y en esta ocasión la aprovechó de la forma más insospechada. De un saque de banda, Duarte sacó un centro preciso y quien apareció en el área para rematar fue un Medrán que recordó en la ejecución a algunos de los mejores cabeceadores de la historia del fútbol. Movimiento de cuello impecable para sentenciar en el 81.
Cambio de dinámica. El Alavés recordó demasiado a versiones precedentes en los primeros minutos, pero en cuanto fue capaz de generar su primera ocasión se asentó y fue superior al Levante. Contuvo muy bien la creación del cuadro granota, que apenas le generó oportunidades, y fue capaz de rematar en muchas ocasiones ventajosas, encontrando al final la puntería en un par de remates.
Muy mejorado. El Alavés estuvo muy serio en defensa y solo sufrió ante el Levante en el arranque del partido. Apenas concedió ocasiones y Pacheco, que tuvo que intervenir muy poco, consiguió al fin dejar su portería a cero. En la ofensiva, las oportunidades se acumularon y de tanto buscarlo llegaron dos goles.
Inyección anímica. El conjunto vitoriano consiguió su primera victoria de la temporada en el séptimo encuentro y se va al parón con un subidón anímico muy importante. Todavía hay que trabajar mucho para salir del pozo, pero el triunfo sirve para alimentar la esperanza.
El extremo cordobés fue un auténtico quebradero de cabeza para la zaga del Levante y cada vez que entró en contacto con el balón fue capaz de generar mucho peligro.
El gol de cabeza que hizo fue una obra de arte por la plasticidad del remate, pero se requiere que el centrocampista tenga una mayor presencia en el juego colectivo.