Vitoria - La llegada de un nuevo entrenador siempre supone que aparezca luz al final del túnel para los jugadores que con el técnico precedente no habían contado con oportunidades. En el caso de Gianni De Biasi, en los discursos que ha repetido una y otra vez desde su llegada ha insistido reiteradamente en que su idea es hacer tabla rasa con todo lo anterior y que todos sus pupilos partan de cero, con las mismas opciones de saltar al césped unos que otros según rindan en el trabajo semanal. Si el italiano mantiene esa idea y los entrenamientos le llevan a pensar que su predecesor, Luis Zubeldía, estaba equivocado con algunos futbolistas, las oportunidades se les podrán volver a presentar a algunos alavesistas que se encontraban ya en una situación de ostracismo a estas alturas tan tempranas de la temporada.

Esa aspiración del preparador transalpino ya la ha desarrollado Javi Cabello en su corta estancia como entrenador interino entre las etapas de Zubeldía y De Biasi. El técnico argentino no había concedido ni una sola oportunidades a Guillermo Maripán y Rubén Duarte, pero estos dos futbolistas fueron titulares en el entramado defensivo contra Deportivo de La Coruña y Real Madrid, ofreciendo, además, buen rendimiento en ambos partidos. Tanto el chileno como el almeriense pasaron de la nada al todo: del fondo del banquillo o, incluso en el caso del lateral, de quedarse fuera de las convocatorias a la titularidad indiscutible, que además supieron aprovechar a la perfección. Otro caso peculiar es el de Dani Torres, imprescindible para el preparador valenciano en el pivote cuando solo había jugado en una ocasión en los cuatro partidos anteriores. O el de un Manu García que había perdido peso en la fase anterior para recuperarlo de nuevo en la siguiente.

Zubeldía, muchos movimientos En el mundo del fútbol muy pocas cosas son inamovibles y menos aún cuando vienen mal dadas. Si a ello se le suma una etapa como la de Zubeldía en la que el argentino estaba en fase de prueba-error, los cambios se convierten en una constante. El exentrenador alavesista mantuvo invariable tanto portería como defensa (Vigaray, Alexis, Ely y Pedraza) en sus cuatro encuentros al frente del banquillo. A partir de ahí, todo fueron rotaciones en las que el único que no entró fue Aleksandar Katai, que se mantiene como el único futbolista sin minutos en lo que va de temporada ya fuese con uno y otro entrenador.

Si el periplo de cuatro partidos del argentino se caracterizó por la estabilidad en defensa y los cambios de ahí hacia adelante, el de dos encuentros de Cabello estuvo marcado por la repetición del mismo once y la utilización de solo quince jugadores al haber repetido en ambas ocasiones las entradas como refrescos de Rubén Sobrino y Pedraza, siendo Alexis Ruano -por la lesión de Vigaray- y Óscar Romero los otros dos utilizados en ese período.

Pacheco y Ely, intocables La cruz de la moneda en este sentido la representan quienes se ven perjudicados por la entrada de nuevos protagonistas en la función. Para que uno sea titular o se siente en el banquillo, otro tiene que dejar de hacerlo antes. Los casos más representativos del anterior relevo en el banquillo los representan Alexis y Tomás Pina, que pasaron de ser indiscutibles en los planes de Zubeldía a quedarse fuera con Cabello. En cambio, casos extremos siguen siendo el del mencionado Katai -habrá que ver si su situación cambia ahora- o el de un Christian Santos que fue titular en el estreno en Leganés por la circunstancias, tuvo unos pocos minutos contra el Barcelona y desde entonces ha desaparecido. Los dos únicos albiazules que acumulan todos los minutos oficiales (540) son Fernando Pacheco y Rodrigo Ely.

De momento, las ideas del nuevo técnico son una absoluta incógnita. Con apenas una semana de trabajo -de mucho trabajo, ya que ha dispuesto varias sesiones dobles para conocer cuanto antes a sus jugadores- tendrá que plantear un once para tratar de puntuar en la visita al Levante. Habrá que ver si De Biasi opta por cierta continuidad en las ideas plantadas con Cabello o si plantea una pequeña revolución. Lo único que ha trascendido es que quiere jugar con cuatro defensas y contar por delante de ellos con tres centrocampistas, aunque habrá que aguardar para comprobar cómo ordena esas piezas y dispone después la vanguardia.

En todo caso, el transalpino tiene un problema similar al de sus predecesores: en algunas demarcaciones las opciones son muy limitadas, mientras que en otras tiene muchas más piezas de las que le gustaría. Las carencias ya conocidas de una plantilla que no se cerró en su momento como se debería haber hecho y que en algunos casos limita al máximo el abanico de las opciones, aunque no sería de extrañar que el nuevo preparador alavesista opte por soluciones de emergencia para tratar de encontrar remedio, con cambios de nombres o de demarcaciones habituales, los evidentes problemas de su equipo en este arranque de temporada.