La vida y el fútbol están plagados de caminos cruzados que en algún punto vuelven a encontrarse de nuevo y en Vitoria Gianni De Biasi volverá a coincidir con Juanma Gómez, actualmente ayudante de Aitor Orueta en el filial del Deportivo Alavés y que en la temporada 2007-08 fue uno de los jugadores más importantes del Levante que dirigió el nuevo técnico albiazul. Por la celeridad de todo este proceso -el entrenador transalpino ha pasado más tiempo volando que en tierra en los últimos días-, los dos viejos conocidos no han tenido oportunidad todavía de sentarse y conversar tranquilamente acerca del presente y de lo que esperan del futuro, pero De Biasi pudo comprobar de primera mano que su exjugador es un hombre muy querido en el club.

El preparador italiano se presentó en la nueva tienda de la entidad con cierto adelanto con respecto a la hora prevista para el inicio del acto de su presentación y se juntó en un corrillo junto al presidente, Alfonso Fernández de Trocóniz, el director deportivo, Sergio Fernández, y otra serie de trabajadores del club que allí se encontraban. Mientras se desarrollaba la charla, en una de las pantallas se sucedían las imágenes del histórico partido que supuso la salvación en Jaén de la temporada 2013-14.

Dentro de esa secuencia que todo alavesista se sabe de memoria y que culmina con el gol de Guzmán en el último minuto del tiempo de descuento, uno de los personajes que en más ocasiones aparece era el propio Juanma -marcando, asistiendo, templando los ánimos y, al final, también llorando-, lo que llamó la atención de un De Biasi que tiene en gran estima al extremeño. Fue el propio Alfonso Fernández de Trocóniz, que entonces vivió su primera temporada al frente del club tras haber relevado al principio de la misma a Avelino Fernández de Quincoces, quien se encargó de relatar aquella tarde mágica y milagrosa de La Nueva Victoria, ensalzando la determinante labor de Juanma en el tramo final y detallando cuán agónica fue entonces la permanencia, seguida de una de las celebraciones más grandiosas que se recuerdan.

La agonía de aquella temporada es bien recordada por el alavesismo al completo, ya que, además, supone la última campaña en la que el equipo ha estado en situación real de perder la categoría. Entonces se creía que era del todo imposible lograr la salvación, pero la misma acabó llegando de manera casi milagrosa. En estos momentos la situación es crítica, pero hay aún margen para la redención. Lo que parece claro es que De Biasi va a recurrir de nuevo a la máxima de que El Glorioso, hasta el último minuto del último partido, nunca se rinde.