Vitoria - Los resultados del Deportivo Alavés en los cinco primeros compromisos ligueros eran muy negativos, pero peores eran aún las sensaciones que iba dejando el equipo vitoriano allá por donde jugaba. En un deporte, la opción de perder siempre se encuentra sobre la mesa, pero lo que un equipo no puede permitirse en no mostrar una versión competitiva. Al menos, el período de interinidad de Javi Cabello como entrenador albiazul entre las etapas de Luis Zubeldía y Gianni De Biasi, ha servido para recuperar la reconocible imagen de un Glorioso comprometido y que nunca da su brazo a torcer. Lo hizo durante la primera parte en la visita a Riazor antes de desmoronarse y ayer consiguió mantenerse vivo en el partido durante los noventa minutos ante el Real Madrid a base de pelear sin descanso. La evidencia de que se puede, siempre y cuando se mantenga la línea que, de la mano del técnico valenciano, se ha recuperado en estos dos últimos encuentros.
A Cabello le gustó lo visto en A Coruña y repitió la misma alineación, pero si entonces el equipo se hundió anímicamente tras el gol del Deportivo, en esta ocasión el doble mazazo del Real Madrid, sobre todo con el 1-2 escasos segundos después del empate de Manu García, no supuso un varapalo insalvable. El equipo se agarró a Mendizorroza y recordó esa máxima de que este club nunca se rinde. Así fue capaz de mantenerse vivo, sin dejar de sufrir ni correr en ningún momento, y alcanzar el tramo final incluso disfrutando de opciones -después de muchos fallos en el remate de los madridistas- de llevarse algún punto con dos remates al palo de Alfonso Pedraza.
Al cuadro vitoriano todavía le queda mucho trabajo por delante, pero ayer evidenció que no está todo perdido. Por fin, algunos jugadores entendieron que esto no es un baile de salón, sino una pelea en el barro. Se vio un compromiso mucho mayor y a nadie se le pudo echar en cara que no se esforzase y derrochase litros de sudor sobre el césped, una máxima que se tiene que mantener de manera ineludible a partir de ahora. Y, a pesar de eso, se volvieron a cometer errores gravísimos por falta de contundencia, como los que propiciaron los dos goles de Ceballos a la postre definitivos. Lo positivo es que en esta ocasión esos mazazos no fueron definitivos y los albiazules fueron capaces de reponerse a pesar de que la situación anímica es tremendamente compleja.
En los dos encuentros de Javi Cabello al frente del equipo, se ha podido comprobar que este equipo no es tan malo como se había visto con anterioridad. Llega con un enorme retraso a la carrera por la permanencia por el déficit que suponen estas seis derrotas en otros tantos partidos, pero De Biasi tiene una base sobre la que se pueden asentar cimientos sólidos y comenzar a crecer.