Vitoria - El Deportivo Alavés evidencia en estos momentos que el fútbol es un estado de ánimo y El Glorioso se encuentra en una fase de depresión creciente que le ha conducido a una caída en picado de enorme riesgo. Lo que va mal es susceptible de empeorar y cada partido que avanza en el calendario la versión de este equipo se va entristeciendo a pasos agigantados. Durante unos pocos minutos, demasiado pocos, de la primera parte se pudo apreciar ayer un colectivo algo más ordenado y con las ideas más claras, pero la mala fortuna de un nuevo gol de rebote con Alexis de protagonista sacó a relucir todas las miserias anímicas de un grupo al que se ve hundido y que se desmorona al primer soplido porque no tiene ni orden ni concierto. La situación es insostenible en estos momentos y ya se ha llevado por delante a un Luis Zubeldía que fue destituido por la tarde, pero tiempo hay para revertir el negro futuro que se pinta ahora.

Apostó el técnico argentino de inicio en la que a la postre fue su última alineación por un once sin sorpresas y con los que son sus mejores elementos, disponiendo un dibujo 4-4-2 que podría decirse asimétrico al encajar a Medrán en la derecha, aunque con tendencia a ir hacia adentro y tener el pasillo abierto para Vigaray, para dejar el centro a Pina y Wakaso y escorar a la izquierda a Ibai Gómez, dejando la doble punta para Bojan y Munir y manteniendo el cuarteto defensivo ya habitual. La lógica se imponía tras el inexplicable experimento de Balaídos.

Los primeros minutos dieron de sí un Alavés dubitativo, con problemas con el balón y sufrimiento sin el mismo, aunque, al menos, sacrificado en el esfuerzo. Las asociaciones entre futbolistas -tanto con el esférico como posicionalmente en defensa, donde se produjo algún desajuste grueso- que aún son casi unos desconocidos entre sí todavía tienen que pulirse, aunque algunos fallos en la salida, regalando pases enormemente peligrosos, no son admisibles de ninguna manera. Con el Villarreal dominando, los albiazules buscaban sus zarpazos tras recuperación, aunque el primer susto se lo llevó Mendizorroza con un gol anulado a Bacca en un fuera de juego muy ajustado tras acción de un Castillejo que por el perfil derecho generaba muchísimo peligro.

El correr del cronómetro tiñó el duelo claramente de amarillo. Posesión y circulación de los de Escribá ante unos locales que corrían para cerrar huecos y que, tras recobrar el control, se quitaban de encima el balón con demasiada velocidad y generalmente con desplazamientos en largo muy poco efectivos cuando Medrán no asumía el volante. En cambio, cuando el esférico se movía un poco, aparecía el centrocampista cordobés en la creación y se buscaba arriba a Bojan, la sensación de peligro crecía, aunque Ibai, que era el que insistía en el remate, no era capaz de afinar la mirilla.

Con esa aparición de los más talentosos, la balanza cambió de signo, pero la fortuna no está del lado de este equipo. Una internada de Bakambu tras romper a Ely, un disparo lejanísimo del delantero y Alexis de por medio para que el balón le golpease lo justo para variar su trayectoria y dejar a Pacheco vendido ante el gol visitante.

Como ante Leganés o Celta, el tanto encajado dio de nuevo paso a una versión albiazul timorata y alicaída. Al primer bofetón, este equipo se derrumba sin remisión. El Villarreal cogió el balón de nuevo y lo movió con tranquilidad ante una presión que siempre llegaba tarde. Por fortuna, como en las dos ocasiones precedentes, al menos la sentencia no llegó antes del descanso, al que al menos se llegó con una reacción propiciada por la lucha de Wakaso.

Arrancó el segundo acto con un nuevo gol anulado al Submarino Amarillo por fuera de juego de Rodrigo y la sensación de que los castellonenses podían marcar el segundo en cualquiera de sus arrancadas ante una zaga penalizada por el desbarajuste táctico en el que comenzaba a convertirse el equipo. Tristemente, así fue. Castillejo recogió un balón muerto en el área, su disparo lo salvó como pudo Pacheco y Bacca fue el más listo al adelantarse a Ely y remachar casi sobre la línea el 0-2.

La cosa comenzaba a oler a correctivo severo porque El Glorioso ya había perdido definitivamente los papeles. Ni siquiera necesitaba el Villarreal forzar la máquina ante los enormes socavones que se encontraba. A la hora de juego repetía Bakambu para poner el 0-3 que sería definitivo y que vino a agrandar aún más la depresión alavesista.

Tocado y hundido. El Alavés sufrió en el arranque y se recompuso para ofrecer sus primeros buenos minutos del curso, pero el desafortunado 0-1 hizo saltar de nuevo la confianza por los aires y a partir de ahí el equipo se desmadejó por completo y ofreció de nuevo una imagen preocupante por su falta de rigor táctico.

De mal en peor. El cuadro albiazul sigue metido de lleno en la mala racha que se extiende ya a cuatro partidos consecutivos saldados con derrota y, además, sigue sin ser capaz de perforar la portería rival, acumulando 360 minutos sin marcar. Por si fuera poco, ayer ni fue capaz de hacer ocasiones.

Sin soluciones. Planteó una alineación mucho más lógica que en el partido precedente y durante unos cuantos minutos de la primera parte el equipo dio una imagen aceptable, el problema es que todo se desmoronó en cuanto se encajó, de nuevo con bastante mala fortuna, el primer gol. A partir de ese momento, el desbarajuste fue absoluto y la goleada pudo haber sido antológica.

Dentro del desastre general que fue ayer de nuevo el equipo, al menos el centrocampista ghanés le puso al juego su ímpetu y coraje para tratar de solucionar los problemas.

El brasileño jugó ayer su peor partido desde que viste la camiseta albiazul y estuvo muy lejos de ofrecer su habitual seguridad. Descolocado, siempre superado y mal con el balón.

0-1, minuto 33: Bakambu. Disparo lejano del delantero que roza en Alexis y se desvía de su dirección original para entrar con Pacheco en el suelo. 0-2, minuto 52: Bacca. Remate de Castillejo que rechaza como puede Pacheco y Bacca se adelanta a todos para remachar sobre la línea. 0-3, minuto 62: Bakambu. Pase en profundidad de Castillejo a Bakambu, que marca de disparo cruzado.

Amonestó a Rodrigo (minuto 45), Víctor Ruiz (minuto 67), Sobrino (minuto 80) y Pedraza (minuto 93).

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