Hervía como no se recuerda el alavesismo ayer por la noche tras la nueva derrota de su equipo en Vigo, que es ya la tercera consecutiva en el presente campeonato y, sobre todo, la que evidencia una alarmante falta de personalidad en un grupo que, de momento, no ofrece ni uno solo de los mimbres que solo hace unos meses hacían reconocible al Alavés. La fotografía actual presenta un equipo en la UVI, asistido con ventilación mecánica. Un grupo vacío que no sabe aún a qué juega, que no aprieta y, lo que es peor, no compite. Una línea roja imperdonable que un plantel como este Alavés no se puede permitir. Por si fuera poco, la estadística reciente o histórica del equipo, que suele ser una suerte de válvula de escape cuando las alarmas comienzan a parpadear, tampoco es capaz de darle un respiro a este Glorioso en lo que se lleva de temporada, es decir, en las tres primeras jornadas. Según los guarismos más antiguos, la escuadra de Luis Zubeldía firmó ayer en Balaídos el peor arranque en Primera División en la historia del club, ya que el anterior récord estaba en manos del equipo de la temporada 1931/32. Entonces, aquel vetusto Alavés también protagonizó un titubeante arranque liguero con tres derrotas en las tres primeras jornadas de liga solo que había un matiz con respecto a hoy: y es que entonces la escuadra alavesa había anotado en esas tres primera jornadas cuatro goles, algo de lo que adolece este Alavés en estos momentos. Porque después de haberse medido ante Leganés, Barça y Celta de Vigo, el plantel babazorro no es que haya sido incapaz de anotar un gol a favor -ocasiones claras ha dispuesto en un buen número de ocasiones, incluido aquel penalti marrado por Manu García en Butarque en la primera jornada- sino que tampoco ha sido capaz de mantener su portería en el mismo nivel, una seña de identidad que la pasada temporada, en cambio, hizo perfectamente reconocible al equipo. La derrota de ayer en el estadio celeste agrandó además la mala racha que el equipo firma cada vez que acude a Balaídos en Primera, donde parece ser que es incapaz de ganar. Si el último precedente databa de la temporada anterior, concretamente del mes de enero, donde el cuadro local se impuso por la mínima al Glorioso (1-0 con gol de Radoja), con el de ayer son ya diez los desplazamientos donde el equipo albiazul no ha sido capaz de sumar los tres puntos en la máxima categoría. Una anécdota más para una situación incómoda, decepcionante y preocupante. No ya tanto por los resultados sino por ese cúmulo de malas sensaciones que a fecha de hoy acumula el proyecto de Zubeldía. Un cuadro clínico plano que exige una reacción inmediata y que debe pasar de forma inmediata por romper semejante dinámica el próximo fin de semana en casa ante el Villarreal. Un duelo que se presume sin lugar a dudas como el primer gran punto de inflexión de la temporada.