vitoria - Una pretemporada con más sombras que luces da paso ahora a lo realmente importante, pero anida la sensación de que el Deportivo Alavés se halla aún demasiado verde y necesita como el comer algunos refuerzos que eleven la cotización de un equipo justo de talento, tanto en las labores creativas como en la capacidad de finalización. Huérfano de un mediocentro de referencia que aglutine la responsabilidad de hilvanar el juego y con poca dinamita en los últimos metros por la falta de dos delanteros, el conjunto de Luis Zubeldía afronta este viernes en Butarque un debut liguero con un signo de lo más incierto.

El balance de amistosos veraniegos, sin ser del todo negativo -dos victorias ante el Logroñés y el Mirandés, cinco empates frente al Toulouse, Numancia, Levante, Leganés y Athletic, y la derrota en Turquía-, ha servido para confirmar que al técnico argentino todavía le quedan muchos aspectos por pulir. Algo normal, por otra parte, si se tiene en cuenta el drástico lavado de piel experimentado por un grupo aún incompleto y que debe adquirir los automatismos necesarios para transitar por la máxima categoría con cierta tranquilidad.

Hasta el cierre de la plantilla no se podrán emitir excesivos juicios de valor respecto a las posibilidades del equipo, pero la sensación generalizada es que el Alavés está algún peldaño por debajo del que maravilló la pasada campaña con una óptima trayectoria tanto en Liga como en Copa. En cualquier caso, quedan todavía suficientes días de mercado para volver a ilusionar a la grada.

dudas con el primer once Si bien se detectaron síntomas de mejoría coincidiendo con los dos primeros enfrentamientos ante rivales de la máxima categoría, el derbi del sábado en Lasesarre volvió a dejar malas vibraciones en el entorno albiazul ante los desajustes defensivos y las contadas gotas de peligro en ataque. El Alavés marcó por partida doble de manera engañosa. Fueron los regalos infantiles del Athletic quienes allanaron el camino hacia la igualada. En primera instancia, hubo que agradecer unas manos de Aduriz y, más tarde, otro inocente derribo de Rico a Vigaray. Por lo demás, se atisbó un equipo bastante plano y espeso a la hora de poner en aprietos a un rival rojiblanco más asentado y rodado sobre el césped de Lasesarre.

También constituye un misterio elucubrar con el posible primer once de la temporada 2017-18. Todo hace indicar que, de no mediar el aterrizaje de algún fichaje rimbombante durante esta semana, el equipo que abrirá el fuego ante el Leganés será muy parecido al de la Euskal Kopa. Pacheco es un fijo en la portería y nadie discute su titularidad. Atrás persiste alguna duda en la pareja de centrales, ya que Ely, Maripán y Alexis se juegan teóricamente dos puestos. Vigaray, único futbolista puro para la derecha ante los problemas para cerrar a Achraf, y Héctor Hernández deberían adueñarse por pura lógica de los dos laterales. Wakaso y Manu García podrían ocupar las plazas destinadas a los pivotes, si bien Pina -que dejó algún destello en Barakaldo- puede desbancar a alguno de ellos.

En la línea de mediapuntas, varios nombres pelean por tres puestos. Enzo Zidane no actuó ante el Athletic, pero en principio es uno de los fichajes de pedigrí acometidos por el club y está llamado a ocupar la titularidad. Sobrino e Ibai se perfilan como posibles acompañantes, sin desdeñar la opción de un Burgui que tiene desborde en ambas bandas. Christian Santos, el pichichi albiazul de esta pretemporada y posiblemente la noticia más positiva hasta la fecha gracias a su olfato goleador, es el único nueve de que dispone Zubeldía, de ahí que albergue serias posibilidades de prolongar su idilio con el gol ante el Leganés. De no apostar por el venezolano e incorporar el preparador albiazul otro centrocampista, Sobrino podría ejercer como la solitaria punta de lanza en busca del factor sorpresa en el contragolpe.