A la espera de que pueda ser bautizada con un nombre oficial, la Masia albiazul ya está finalizada. E inaugurada. Sucedió en el día de ayer, a media mañana y tras un sencillo acto protocolario donde Josean Querejeta estuvo rodeado de sus más estrechos colaboradores tanto en Baskonia como Alavés para dar por bueno el primero de sus tres grandes objetivos en el corto plazo. Cortada la cinta de la residencia oficial que albergará a las futuras promesas de ambas modalidades, solo cabe esperar que en los próximos tiempos -“espero que pronto tengáis noticias al respecto”, advirtió- pueda hacer lo propio con la ampliación de Mendizorroza hasta los 32.000 espectadores y la nueva ciudad deportiva, otro pilar básico en el itinerario que el mandatario ha diseñado para colocar al Glorioso entre los más grandes del fútbol español. Al contrario que en otras ocasiones, al acto de ayer en la calle Maite Zúñiga no acudió ningún representante institucional al tratarse, como aclaró Querejeta, que se trata de un proyecto privado en el que el club ha invertido casi tres millones de euros. “Si el proyecto del Alavés quiere crecer tiene que ser un proyecto internacional, por eso va a ser una piedra fundamental esta residencia, al igual que también lo serán el nuevo estadio y la ciudad deportiva”, abundó el dirigente durante una alocución que solo admitió preguntas relacionadas con la inauguración de la residencia.

fin a 20 años de abandono Como si de una terminal aérea se tratara, las flamantes instalaciones han sido concebidas como un pilar básico en el futuro del club, que pasa, tanto en el caso de Baskonia como Alavés, por la captación de jóvenes talentos extranjeros y modelarlos después en Vitoria. Una filosofía ya conocida para el mundo de la canasta pero inédita en el ámbito del Alavés, como reconoció el propio Querejeta, que con esta residencia evitará la dispersión de los jugadores que ahora mismo tiene bajo su tutela en varios pisos de la capital. Quizá por eso, todo ha sido concebido en esta nueva residencia bajo el paraguas de la integración, la perseverancia, la coexistencia y la dedicación. Valores que adornan las paredes de una infraestructura de casi 2.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas que tendrá una capacidad para albergar 64 deportistas. Ubicada en la zona de Alto de Uleta, en la parte trasera de El Mineral, se trata de una residencia rehabilitada para el uso que llevaba casi dos décadas abandonada y que, entre otros, había manejado algunos proyectos relacionados con pisos tutelados aunque finalmente nunca llegaron a buen puerto. Cortada ayer la cinta de manera oficial, los futuros jugadores de ambos clubes convivirán repartidos en 16 apartamentos diáfanos con capacidad para una, dos e incluso cuatro camas que están equipados con cocina y baño además de una gran terraza, de grandes dimensiones y espectaculares vistas al propio estadio de Mendizorroza o la zona de Esquível y Zaldiaran, en el caso de los áticos. Según se explicó durante la visita oficial, los deportistas contarán con servicio de cocina, sala de estudio, de recreo y un gimnasio y, tendrán el apoyo de seis empleados que trabajarán de manera directa en la residencia.

el 25 de junio, primeros inquilinos Si nada se tuerce, los primeros inquilinos que estrenarán las nuevas instalaciones pernoctarán en ellas el próximo 25 de junio con motivo de la puesta en marcha del Campus Internacional del Baskonia, al que con posterioridad se unirá el del Alavés. Con el tiempo, los dirigentes albiazules y azulgranas esperan que la residencia tenga en un corto plazo de tiempo una capacidad del 100%. “Concentrar a los jugadores aquí y donde puedan desarrollarse como personas y jugadores era muy importante; la residencia de jugadores es una gran noticia para el club y va a ser muy importante para el desarrollo del fútbol base albiazul”, concluyó Querejeta.

Superficie. Cerca de 2.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas.

Capacidad. 64 deportistas (el proyecto contempla una posible ampliación).

Distribución. 16 apartamentos equipados con baño y cocina y capacidad para una, dos y hasta cuatro personas.

Inversión. 2,7 millones.