Vitoria - Christina Santos (24 de marzo de 1988, Puerto Ordaz, Venezuela) llegó el pasado verano a Vitoria con la vitola de estrella internacional, cierto aire de futbolista instalado en el star system y una carta de presentación de 18 goles en la liga holandesa con el NEC Nijmegen, amén de ser nominado a mejor jugador de la temporada. Ahí es nada. Sin embargo casi un año después, la realidad es otra bien diferente porque ni el punta venezolano ha jugado todo lo que esperaba ni sus expectativas de futuro parecen ligarle otro año a su actual equipo. De este y otros temas diserta con este diario en los días previos a la gran final.
Para ser un delantero con tan pocas ocasiones de jugar como usted, se le ve con buen talante...
-Tiene que ser de este modo porque el fútbol es así. Unas veces juegas y otras no. Es cierto que no ha sido una temporada como la había pensado cuando llegué al club y que mis expectativas no se han cumplido pero bueno, cada cual tiene que asumir su situación y en mi caso sé cuáles son mis cualidades y no me queda más que remedio que seguir dando lo mejor de mí para estar listo cuando me llegue la oportunidad. Y ahí poder demostar.
¿Sueña con que esa oportunidad le llegue el día de la final?
-Siempre, siempre... Uno siempre sueña y trabaja cada día por ello pero la decisión al final ya es un tema del entrenador.
Quizá lo mejor de la temporada en ese sentido esté aún por llegar...
-Creo que sería algo muy bonito poder jugar la final de Copa. No ya solo para mi sino para cada compañero, que asume el partido como una cita histórica. Todos los que estamos aquí nos merecemos jugar la final porque hemos hecho una temporada fantástica, hemos sumado y hemos puesto nuestro granito de arena para llegar hasta aquí.
¿Echa de menos el gol?
-Mucho, la verdad. Aunque he marcado algunos tantos en Liga y Copa (cinco en total), como delantero echo mucho de menos el gol en cada partido porque eso es lo que realmente me gusta, de lo que uno vive. Así que cuando uno no está jugando sufre, sufre mucho, aunque futbolísticamente esta temporada también me ha servido para seguir creciendo a la hora de superar esas dificultades.
¿Qué diría que ha aprendido este año en el Alavés?
-A mantener la calma y a tener mucha paciencia. A pasar por esos momentos tan duros y aprender a que el ánimo y las ganas de triunfar y seguir para adelante no decaigan, que muchas veces no ha sido fácil.
¿Qué partido se imagina ante el Barça?
-Un partido muy competido donde las dos partes van a salir con todo y donde nosotros creo que vamos a estar bien tirados en lo físico y lo psicológico. Es mi primera final de Copa y sé que es un partido muy especial, al igual que lo saben el resto de compañeros, el club y los aficionados. Para un equipo como el Alavés alcanzar una cota similar es algo histórico y por eso vamos a estar muy motivados, mucho más que el Barça.
Si juega y tiene la suerte de marcar, ¿de quién se va a acordar?
-Si marco... (segundos de reflexión) supongo que me pasarán un motón de cosas por la cabeza, así que no sé qué decirle. Pero será una especie de liberación por todo el peso de todo este año y las dificultades que he tenido que sortear. Pero marcar y ganar sería algo increíble.