Vitoria - El trayecto que el lejano mes de agosto comenzó para el Deportivo Alavés alcanza esta tarde su último capítulo con la satisfacción de que los objetivos de la campaña han sido cumplidos y ampliamente superados. El equipo vitoriano que regresaba a Primera División la pasada temporada con las lógicas deudas del recién llegado finiquitará un año excepcional y que forma ya parte del recuerdo como uno de los mejores en la historia de la entidad del Paseo de Cervantes. Y eso aún a la espera de la final de la Copa del Rey del próximo sábado, que puede suponer alzar el primer título en la nonagenaria andadura del club. Mientras se velan armas para afrontar tamaña empresa, El Glorioso aspira a seguir incrementando sus buenas sensaciones en la visita al Leganés en un partido en el que los vitorianos quieren presentar su candidatura a la octava posición en la clasificación final en un partido que será una fiesta para el anfitrión, ya que el cuadro pepinero festejará hoy la permanencia asegurada en su visita a San Mamés.

En una semana en la que la Copa ha comenzado a centrar ya la atención de manera permanente, al aspiración en Butarque no es otra que dar continuidad al excelente rendimiento de las últimas jornadas. El Alavés llega a la última jornada liguera después de seis sin conocer la derrota y con tres victorias consecutivas, las mejores rachas del año. El reto es seguir sumando en positivo el día que se baja el telón de la competición de la regularidad, ya que, con ello, los de Mauricio Pellegrino podrían alcanzar la octava plaza en la tabla.

La mala noticia de los últimos días ha tenido a Víctor Laguardia como triste protagonista. El central maño no solo se perderá la gran final, sino que también en el seno del club la preocupación es enorme ante una posible lesión de gravedad en la rodilla. Esta baja, unida a las del sancionado Alexis y un Rodrigo Ely al que se mantiene entre algodones para que llegue en plenitud física a la final, obligará a componer ante el Leganés un centro de la defensa de auténticas circunstancias en el que actuará Carlos Vigaray.

Como ya ocurriese la semana pasada ante el Celta, cabe prever que Pellegrino optará por un once en el que predominará la mezcla entre los jugadores más habituales en sus planes y los que menos minutos han tenido a lo largo del curso. La idea del técnico es mantener a toda su plantilla en ritmo de competición, pero sin que nadie acumule esfuerzos excesivos y con el objetivo de acabar el curso sonriendo.