Vitoria - Dentro de unos cuantos años, cuando el nombre de Theo Hernández aparezca en los grandes titulares de la prensa deportiva, el alavesismo podrá decir orgulloso que ese futbolista fue una pieza clave en uno de los mejores equipos que Vitoria ha visto en su historia y que fue en Mendizorroza donde explotó como jugador cuando partía prácticamente desde la nada y era un simple desconocido. La campaña firmada por el lateral izquierdo cedido por el Atlético de Madrid -su futuro parece que está en la capital, pero vistiendo la camiseta blanca a cambio de solo veinticuatro millones de euros, aunque el Barcelona no se resigna e insiste en su fichaje- era ya espléndida hasta ayer, pero su golazo, el primero en la categoría, para decantar la balanza en el derbi del lado albiazul supone la coronación de esta auténtica bestia que cuenta con todos los elementos para marcar una época en el del balompié.

El tanto de Theo, protagonista reincidente en las últimas semanas en los medios de comunicación, dio la vuelta al globo precisamente por ese futuro blanco o blaugrana que se le augura, pero no deja de ser la guinda a una campaña sensacional en la capital alavesa. Cuando aterrizó en Ibaia procedente del equipo juvenil del Atlético con apenas dieciocho años era un auténtico desconocido. Lo que más destacaba de él era su condición de hermano del también colchonero Lucas. Todo eso ha cambiado hoy, ya que su nombre figura entre el de los mejores laterales izquierdos de la temporada. Una explosión tremebunda e inesperada que le va a permitir resolver su vida y la de unas cuantas generaciones que vengan por detrás.

Y es que, en su figura reúne condiciones físicas y futbolísticas que hacen prever que va a ser un referente en un gran equipo durante años. Lo único que le faltaba en su etapa como albiazul era un gol y se fue a dar el gustazo de metérselo al Athletic en uno de los partidos más señalados del año. Y, encima, no una diana cualquiera. Una volea tremebunda de las que normalmente se van en dirección a las nubes pero que en esta ocasión fue directa de su zurda a la escuadra en una parábola impresionante.

El acierto de cara a la portería le había fallado en otros partidos, sobre todo en ocasiones generadas por su potencia para plantarse de cara a la portería. Tiene que mejorar en ese sentido, como también en la precisión en el último pase, ya que no pocas veces no mide bien sus fuerzas. Y, pese a ello, es el mejor asistente de este equipo con tres servicios decisivos para goles de Deyverson (Real Madrid y Real Sociedad) y Alexis (Las Palmas). Además, también anuló a Iñaki Williams. Un partido perfecto para la coronación de esta bestia.