vitoria - Con el regusto de los tres puntos conseguidos el pasado sábado en el derbi ante la Real Sociedad y la tranquilidad del parón liguero del próximo fin de semana, el Alavés entrará en la siguiente semana, la del 27 de marzo, en lo que Mané acostumbraba a definir como el “puré” de la Liga. Tanto para los que aspiran a cotas importantes en forma de títulos o clasificaciones europeas como para los de abajo, enfangados en permanencias y descensos. Y es precisamente en ese punto, a falta de diez jornadas de Liga para que concluya el campeonato, donde el Alavés, de manera sorprendente, se va a jugar un sueño a todas luces imprevisible al comienzo de la temporada. En ese periodo de tiempo donde va a actuar como local en Mendizorroza en cinco ocasiones y otras tantas como visitante va a estar la escuadra albiazul en disposición de alcanzar por tercera vez en su historia una clasificación europea por más que su máximo responsable, Mauricio Pellegrino, continúe pregonando a los cuatro vientos un mensaje cargado de mesura y prudencia que en el entono resulta cada día más difícil de asumir.

Entre otras cosas porque el equipo continúa dando sobradas muestras de su compromiso y calidad, porque la permanencia oficial en la Primera División es solo cuestión de tiempo y porque el calendario que se avecina de aquí en adelante ya no asusta a pesar de la entidad de algunos de los rivales. El Alavés llega al último parón liguero de la temporada lanzado por la buena dinámica de resultados -un solo partido perdido en los últimos seis compromisos- y una confianza capaz de sacar adelantes puntos y partidos como el del pasado sábado ante la Real Sociedad, áspero y gris a partes iguales y donde el conjunto txuri-urdin bien pudo haber rascado un empate aún jugando con uno menos durante buena parte de la segunda mitad.

En ese último tramo, el decisivo de la temporada, el equipo de Mauricio Pellegrino, décimo con 40 puntos, quiere seguir compitiendo al más puro estilo colchonero, esto es, partido a partido, para ser capaz de ir escalando posiciones hasta la compleja séptima posición, que ahora mismo está a siete puntos y que marca la frontera para poder disputar la próxima temporada competición europea. Eso o ser capaz de derrotar al Barça en la final de la Copa del Rey del próximo 27 de mayo, en cuyo caso el pasaporte a Europa estaría garantizado. Sea como fuere, el sueño continental va a exigir al Glorioso girar una muesca más su ya de por sí engrasado mecanismo y mantener el mismo nivel que en la primera vuelta le dio tan buenos resultados. En Mendizorroza, sin ir más lejos, recibirá a Osasuna, Villarreal, Eibar, Athletic y Celta, rivales ante los cuales fue capaz de sumar dos victorias, dos empates y una derrota, injusta a todas luces, en Balaídos, mientras que como foráneo le tocará visitar al Real Madrid (1-4 en la ida), Espanyol (0-1), Las Palmas (1-1), Betis (1-0) y Leganés (2-2). Un resultado global esperanzador de tres victorias, tres derrotas y cuatro empates que sirven como termómetro para calibrar las posibilidades del, sin duda, equipo revelación de la temporada en los próximos diez envites ligueros.