Vitoria - Dos días después de clasificarse por primera vez en su historia para la final de la Copa del Rey, el sainete en torno a la sede para disputarla firmó ayer un nuevo, y lamentable, capítulo entre varios de los protagonistas implicados en el asunto, empeñados en abordar la situación a golpe de comunicado oficial y declaraciones en los medios de comunicación. Un partido lamentable y consentido por parte de la Real Federación Española de Fútbol -suya debería ser la decisión de designar la sede de la final al comienzo de la temporada y no en función de los equipos que lleguen a la misma-, que además continúa poniendo de los nervios a la ilusionada afición del Glorioso, que al cierre de esta edición continuaba bloqueando habitaciones por doquier en cuantas capitales del Estado se intuye que pueda celebrarse finalmente el partido.

Como se decía, el segundo episodio de este sainete comenzó a coger vuelo ayer al mediodía, cuando el Deportivo Alavés, a través de un comunicado oficial, no hizo sino solicitar, punto por punto, las mismas palabras que Josean Querejeta ya había adelantado la víspera en una entrevista en Catalunya Ràdio. Aludiendo a ese mismo impacto económico del que siempre gusta hacer gala cuando proyecta eventos de este tipo o proyectos singulares, el mandatario cifró en 50.000 los aficionados de ambos clubes que acudirían a San Mamés, “lo que supondrá un impacto para Euskadi de alrededor de 10 millones de euros”, aseguró Querejeta amparándose en informes públicos. Por si el dato no fuera lo suficientemente significativo, el Alavés insistió a través de su nota pública en que la sociedad San Mamés Berria, propietaria del recinto, “ingresaría por cuestiones de arrendamiento del estadio una cantidad superior al millón de euros”, un impacto que el club albiazul hizo saber a lo largo de la mañana al director general del Athletic, Jon Berasategui, dado que la comunicación con el presidente de la entidad rojiblanca, Josu Urrutia, no había tenido “resultado positivo hasta el momento”, lamentó el Alavés.

A esta misma corriente favorable de disputar la final del 27 de mayo en San Mamés se habían sumado también en las últimas horas personalidades del ámbito político como el propio lehendakari -sería extraordinario”, dijo Iñigo Urkullu-, los portavoces del PSE-EE y PP en Bilbao, Alfonso Gil y Luis Eguíluz -“es una oportunidad de oro que la ceguera del PNV perderá”, señaló con vehemencia-, el diputado general de Álava, Ramiro González, e incluso Yeray Álvarez, actual jugador del Athletic. “No me importaría que fuese en San Mamés. Es un campo increíble en el que da gusto jugar y por mí encantado”, apuntó el joven central.

querejeta no quiere el camp NOU La presión mediática impulsada desde Vitoria estaba lanzada y ésta saltó por los aires cuando al filo de las 16.00 de la tarde, otro comunicado oficial, esta vez con remitente desde Ibaigane, explicó con fina diplomacia la imposibilidad de cursar a la Federación la solicitud de acoger la final debido al concierto de Guns N’Roses que San Mamés acogerá el 30 de mayo, tres días después de la final. Además, el Athletic reveló que su director general comunicó el jueves por teléfono al presidente del Alavés, Alfonso Fernández de Trocóniz, la imposibilidad de que se jugara la final de Copa en San Mamés por el citado concierto, en un compromiso ya adquirido por parte de la sociedad San Mamés Barria. Por último, y en referencia al comunicado previo del Alavés de ayer viernes que señalaba la imposibilidad de ponerse en contacto con el presidente del Athletic, Josu Urrutia, la entidad de Ibaigane expuso otra versión de los hechos: “Hasta el momento en que el Alavés emitió su nota a los medios, Urrutia no había recibido ni directa ni indirectamente ni a través de ningún departamento o instancia del club llamada ni mensaje alguno desde la entidad gasteiztarra”. “En el día de hoy, y una vez publicado el comunicado del Deportivo Alavés -continúa el Athletic-, en la secretaría del club se ha recibido una llamada de parte del presidente del citado club, que ha sido respondida inmediatamente por nuestro presidente, reiterando lo comunicado ayer por la Dirección General”, aclaró el club bilbaíno.

Confirmada esta negativa y descartada también por el propio Josean Querejeta la opción del Camp Nou -“una final de Copa se tiene que disputar en un campo neutral”, zanjó el jueves en Catalunya Ràdio cortando de raíz las insinuaciones que Alfonso Fernández de Trocóniz, el presidente del club, había lanzado al respecto -, la sensatez y las formas apuntan inevitablemente hacia el estadio del Atlético de Madrid, el Vicente Calderón, hasta la fecha el único club que ha solicitado de manera oficial ser la sede de la final de la Copa del Rey a la RFEF, cuyo presidente, Ángel María Villar, continuaba ayer sin dar señales de vida.