Vitoria - Mauricio Pellegrino comenzó ayer su discurso con una de esas frases que serán tomadas como profecía en el caso de cumplirse. Requerido sobre si el de esta noche era el compromiso más destacado de la campaña, el técnico argentino lo tuvo claro. “Esperemos que el partido más importante de la temporada esté por venir”, lanzó. No en vano, una semifinal es el penúltimo paso dentro de un torneo. Queda en los anales quien juega la final y pasa a la historia el que acaba alzando el título. Por esa opción quiere luchar el Deportivo Alavés.

“Es un partido muy lindo, para disfrutar y para darlo todo. En nuestra institución, partidos de esta entidad se dan pocas veces, entonces lo vamos a tratar de aprovechar con toda nuestra fuerza. Tenemos mucha ilusión. Se nota en la cara de mis jugadores, en el ambiente que se respira. Les he transmitido a los jugadores que partidos de esta envergadura son muy pocos en la vida. Y jugar una final, ya no digo nada. Hay muy pocos futbolistas que hayan jugado finales, pueden ser dos o tres por plantel. Estamos ahí, a un paso”, señaló el técnico de Leones.

Como ya hizo la semana anterior, el preparador alavesista habló de la necesidad de que sus jugadores se centren exclusivamente en lo que sucede sobre el terreno de juego, sin dejarse llevar por las emociones y la tensión de un encuentro en el que hay muchas cosas alrededor que magnifican su trascendencia.

“El marco es diferente, pero lo que se juega dentro es lo mismo, un partido. Lo que va cambiando es lo de fuera. Dentro es once contra once, meter y que no te metan. Cambia lo de fuera, el entorno. Aquí hay hoy -por ayer- más cámaras cuando normalmente son dos, pero el partido son once contra once. Hay que centrarse en el partido en sí. Cuando cambia mucho el entorno te descentra de lo que específicamente es el juego. Por eso los partidos de tanta envergadura a nivel mediático son los peores a nivel de juego. Se juega tanto que uno pierde el sentido de lo que tiene que dar en el césped. Tenemos que centrarnos en lo que pasa en el campo y en los detalles que te dan el partido”, insistió.

En ese apartado emocional, el argentino considera fundamental ese empujón que le puede dar Mendizorroza al Alavés: “Nosotros sentimos el empuje de la gente, a mis jugadores les da una fuerza extra y a los rivales les hace dar un pasito hacia atrás. Es muy importante para nosotros La energía que transmiten y la motivación que te da la gente que te empuja es inversamente proporcional a que uno te insulte, que te tira para atrás. Cuando todo el mundo empuja, el equipo da ese paso para adelante. Ojalá que nosotros podamos darle a la afición esa vibración para que nos empuje hacia la final”.

En el plano futbolístico, Pellegrino hizo referencia a los “pequeños detalles” tras haber disputado ya dos encuentros tremendamente igualados contra el Celta. “Hay que centrarse en los detalles y en la concentración que requiere el partido, en las pequeñas cosas que pueden hacer la gran diferencia, que es lo difícil en una cita de este nivel. Ellos se adaptan muy bien a todos los rivales, pero nosotros también a ellos. Ha habido un gol en 180 minutos y eso quiere decir que hemos competido bien ante un equipo de muchísima calidad. Ojalá que podamos crearle problemas, dominar el partido y convertir. Si pudiera elegir, sería como el partido Espanyol-Sevilla: penal y expulsión en el minuto 1. Pero como no puedo saber lo que va a pasar... En dos partidos nos hemos sacado poca ventaja y hay que imaginar que será parecido. Entre ganar y perder hay un alfiler y la balanza se va de un lado u otro dependiendo de esto. Y ahí es donde tenemos que ser superiores, concluyó el argentino.