Vitoria - Con el mercado invernal a la vuelta de la esquina, uno de los principales deseos de Mauricio Pellegrino es aligerar el número de componentes de la plantilla, que actualmente se eleva hasta los veintiséis jugadores. El pasado verano, al no poder encontrar acomodo para los futbolistas que no contaban, entrenador y dirección deportiva optaron finalmente por agotar todas las fichas disponibles en previsión de que a los nuevos fichajes les costara adaptarse o surgiesen problemas en el arranque del curso. Ahora esa necesidad no es tan evidente y el técnico argentino tiene como preferencia rebajar el grupo hasta veintidós o veintitrés efectivos.

“Tenemos tres o cuatro jugadores de más para mi gusto. Nosotros sabíamos de esto y los futbolistas que se quedaron también, pero fue un poco como abrir el paraguas y tener opciones. Fue un riesgo muy alto el número de jugadores que trajimos para conformar el equipo y algunos han tenido más posibilidades que otros. Queríamos proteger la salud del once que sale cada domingo. Tener más posibilidades ha sido mejor para nosotros y por ahí es más difícil para los jugadores. A pesar de la dificultad de tener un plantel numeroso, yo la verdad es que estoy muy agradecido a los chicos porque han tenido un gran sentido de equipo y entendimiento de la situación”, señaló el preparador alavesista.

Pellegrino se refirió especialmente a la situación de Barreiro, a punto de firmar por el Nàstic y del que alabó su actitud: “Está en conversaciones y esperamos que se pueda solucionar. Es un jugador que ha dado mucho al club y ha tenido mucha competencia este año, ni siquiera ha estado en los partidos pero ha tenido un comportamiento ejemplar, que es de agradecer. Ojalá que tenga suerte en su futuro”.

En lo meramente deportivo, el técnico albiazul advirtió que su equipo no puede caer esta noche en la autocomplacencia y pensar que la clasificación ya está hecha. “Es un partido importante para demostrar la madurez del equipo, que tenemos un plantel competente y para que los jugadores que están cerca le demuestran al entrenador que está equivocado y que son ellos los que tienen que jugar. Se ha jugado un tiempo. La Copa Davis estaba sentenciada, Del Potro perdía los dos primeros setos de visitantes y luego ganó los otros tres y Argentina acabó ganando. Y estaba sentenciado. Hasta que no se pita el final, siempre hay posibilidades. Vi muchos episodios en los que estaba sentenciado y al final no lo estaba”, dijo.