Vitoria - El partido de Copa en Tarragona sirvió para reafirmar que hay jugadores que no se acaban de sentir a gusto en la demarcación que les sitúa Mauricio Pellegrino, de la misma manera que hay otros que ofrecen su máximo rendimiento cuando regresan al que es su puesto más habitual. Aleksandar Katai y Gaizka Toquero representaron la cruz y la cara de la moneda en el Nou Estadi. El serbio, escorado a la banda izquierda como acostumbra, volvió a sentirse extremadamente incómodo y sus escasos momentos de brillantez llegaron cuando fue a una posición más centrada. Por el contrario, el vitoriano, tras ser recurso permanente en la banda derecha, volvió a disfrutar actuando en la posición que más le gusta, justo por detrás del delantero. Una cuestión de adaptación que algunos jugadores completan con éxito -en el propio Alavés está el caso de Femenía-, mientras que otros no son capaces de ofrecer su máximo rendimiento fuera de su demarcación habitual.
El caso de Katai es uno de los más preocupantes de la plantilla alavesista. Toda una serie de circunstancias que han influido negativamente en su proceso de adaptación. Su fichaje fue tardío, cada poco tiempo va convocado con su selección, el idioma es un obstáculo y la velocidad del juego es muy diferente a la de Serbia. Por si todo ello no fuera suficiente, la posición en la que le ha situado Pellegrino no parece agradarle. Pegado a la banda izquierda pierde presencia en la zona frontal del área, que es donde destacó en el Estrella Roja. Sin gran velocidad para el desborde, ha dejado unos pocos destellos de su capacidad técnica, pero su rendimiento está muy por debajo de lo esperado y no se ha ganado la condición de titular. Con Ibai Gómez reclamando de nuevo la banda izquierda, esa vía se le cierra, como también ocurre en la mediapunta con la presencia de Víctor Camarasa.
Como Katai, Toquero también vivía incómodo en sus minutos en la otra banda. Fue una posición en la que ya le situó José Bordalás la pasada temporada en toda una incongruencia del alicantino, que no se cortaba al decir que no era la mejor demarcación para el vitoriano a pesar de su insistencia en situarlo ahí. Una tendencia que ha continuado Pellegrino. El mejor rendimiento en la carrera del de Ariznabarra llegó actuando como segundo punta, con su trabajo incansable y su capacidad para llegar a todos los balones apoyando al nueve. En esa posición por detrás del delantero actuó en Tarragona, donde fue decisivo con dos goles. En su caso, el estilo del entrenador argentino también perjudica sus opciones de más minutos.
compleja decisión Pellegrino le ha dado muchas vueltas a un sistema que ha ido evolucionando hasta llegar al actual 4-2-3-1, pero la tónica general es que sus esquemas funcionan muy bien a domicilio pero se enredan en los partidos en Mendizorroza en los que los rivales le ceden a los alavesistas el balón y le cierran los espacios. La escasa presencia en el área rival, con llegadas contadas y con muy pocos elementos, suele ser moneda común. Y las miras en busca de soluciones se fijan en un centro del campo en el que la composición ha ido variando sin que se haya alcanzado respuesta al problema.
La principal carencia del equipo es un mediapunta claro, un futbolista de calidad que ejerza de enganche con el punta y que tenga capacidad de gol y para servir el último pase. Esa figura la encarna en estos momentos Camarasa, que está ofreciendo un buen rendimiento, pero no es tanto problema del valenciano como del resto de componentes del eje del equipo. Pellegrino está apostando siempre por centrocampistas puros. Cada uno con sus peculiaridades, los Llorente, Torres, Camarasa, Krsticic y Manu García no responden al perfil de enganche o mediapunta que precisa el equipo, al menos en sus compromisos como local.
El preparador argentino ha variado el dibujo entre los tres mediocentros juntos, el doble pivote o el pivote en solitario con dos hombres por delante. Sin embargo, más que en el dibujo, el problema hay que buscarlo en los nombres. Todos los utilizados en esa zona son jugadores con mucho potencial físico, gran capacidad de trabajo pero, con la excepción de Camarasa, limitados en la ofensiva. Y por ahí se resiente el equipo.
Pellegrino tiene una gran confianza en la tripleta formada por Llorente, Torres y Camarasa, pero parece evidente que necesita una solución en esa composición para que el equipo tenga mucha más llegada al ataque con la presencia de un mediapunta claro que releve al valenciano, que podría actuar un poco más retrasado. El dilema viene por tener que renunciar a la pareja formada por Llorente y Torres, el primero indiscutible y el segundo apuesta del club. Sin embargo, se trata de dos jugadores que han demostrado estar mucho más cómodos en Mendizorroza cuando han actuado como pivotes en solitario, lo que liberaría una plaza en el eje del campo donde podría entrar un segundo punta -Katai es la opción más clara, pero también se podría apostar por Toquero o Santos en esa posición- que aportaría una mayor presencia en el balcón del área rival.