Vitoria - El Deportivo Alavés se ha asentado en el arranque del curso en un rendimiento defensivo notable, pero ya ha podido comprobar de primera mano que en la máxima categoría del fútbol estatal eso no es suficiente para sumar con regularidad. Con defender bien, y este equipo generalmente lo ha conseguido, no basta. A esos cimientos en torno a la portería hay que añadirles magia en el ataque, precisamente de lo que está careciendo el conjunto de Mauricio Pellegrino. Uno de los mejores a la hora de Primera División a la hora de pertrecharse en torno a su guardameta, pero también uno de los peores cuando de buscar la portería rival se trata. Y esa falta de pegada es la que le ha condenado a no ocupar en estos momentos una posición mucho más cómoda que el decimocuarto puesto, con tres cuatro de renta sobre la zona de descenso, que en estos momentos ostenta.

El Alavés ha encajado dieciséis goles en las doce primeras jornadas, el octavo que menos de la categoría y, precisamente, hasta la octava plaza que ocupa el Eibar hay que irse en la clasificación -el único en la zona de privilegio con más dianas en contra que los vitorianos es el Sevilla, con 17, mientras que el Málaga, undécimo, presenta la misma cifra- para encontrar al primer equipo que recibe menos tantos que los albiazules. La cifra es notable, más aún teniendo en cuenta que el cuadro de Pellegrino ya se ha enfrentado a los que actualmente son los cinco mejores realizadores de la competición: Real Madrid (34), Barcelona (32), Atlético (25), Sevilla (22) y Real Sociedad (21).

El Glorioso se maneja en los registros defensivos de los mejores -y eso a pesar de haber encajado siete tantos en solo dos encuentros, los tres de la Real y los cuatro del Madrid-, pero se sitúa lejos de ellos en la clasificación por sus graves problemas de cara a la portería rival. Si en lo defensivo es uno de los destacados, en lo ofensivo marcha a la cola de los contendientes en la categoría.

Los de Pellegrino han conseguido solo once dianas -la media no alcanza ni a un gol por partido-, una cifra bajísima que les sitúa como el tercer peor equipo de Primera. Solo Deportivo de La Coruña y Granada, con diez tantos cada uno, presentan un registro más bajo, mientras que Leganés y Sporting lo igualan.

Por ejemplo, en cuatro partidos -un tercio de los disputados- se ha quedado con el marcador propio a cero, mientras que solo en dos encuentros -ante Barcelona (2) y Granada (3)- ha conseguido pasar de una diana.

Ese problema grave de cara a la portería rival es el que impide un rendimiento mucho mayor del buen trabajo que se está realizando en defensa. Por ejemplo, hasta en tres ocasiones ha conseguido Fernando Pacheco dejar su portería a cero (Sporting, Deportivo y Osasuna), pero solo se consiguieron los tres puntos ante los navarros. Si recibe gol, al Alavés la victoria se le pone prácticamente imposible y puntuar se le complica en exceso.

la soledad de deyverson Uno de los motivos fundamentales para ese bajo rendimiento ofensivo hay que encontrarlo en la soledad de Deyverson. El brasileño ha conseguido ya cuatro dianas, cifra reseñable, pero es el único alavesista que acumula más de un gol. Un hecho completamente anómalo y que sitúa al Alavés como el único equipo de Primera que no cuenta al menos con dos jugadores que acumulen un mínimo de dos tantos. Cuatro goles de Deyverson y siete más repartidos entre Manu García, Ibai Gómez, Toquero, Edgar, Camarasa, Laguardia y Santos. Ahí se termina el bagaje goleador de un Glorioso que echa de menos, como poco, una segunda pieza ofensiva relevante que aporte tantos con cierta regularidad.

El problema es que en los esquemas utilizados por Pellegrino se echa de menos una mayor presencia de elementos en zonas de definición. La idea de llegar por las bandas y poner balones en el área desde allí hace que los extremos jueguen muy abiertos y no disfruten de excesivas ocasiones si no es al contragolpe. Y, por la tipología de jugadores utilizados en el centro del campo, el único que está aportando llegada desde segunda línea es Camarasa, aunque el valenciano brilla mucho más en el último pase que en el remate. Quitando a Deyverson, que encima tiene que correr muchísimo, la presencia en zonas de peligro es escasa.

Para colmo de males, tampoco la estrategia está dando demasiado rendimiento. Y eso a pesar de que el cuadro albiazul está encontrando buenas situaciones de remate. Solo se han conseguido dos goles a balón parado, los dos en saques de esquina: Toquero marcó de cabeza en Valencia y Laguardia remató con el pie un balón muerto en Sevilla. A estos dos hay que añadirles el penalti de Santos en Pamplona. No hay duda de que se trata de una faceta en la que hay que mejorar muchísimo, ya que la carencia de gol en juego se puede eclipsar con un buen rendimiento a balón parado, que, además, abre el abanico de posibles realizadores.