Vitoria - Solo hace falta ver la manera en la que todos los equipos celebran habitualmente la señalización de un penalti a su favor para llegar a la conclusión de que se trata, en la gran mayoría de los casos, del anticipo de un gol seguro con la trascendencia que ello acarrea. La efectividad en los lanzamientos de estas penas máximas suele ser muy alta y ambos contendientes asumen como casi inevitable el desenlace previsto en el guion.

Sin embargo, en el Deportivo Alavés hay una persona que se ha empeñado en echar por tierra esta teoría. Se trata, evidentemente, de Fernando Pacheco, que puede presumir de ser el segundo guardameta que más penaltis ha detenido en lo que va de temporada en la Primera División. Con el que le paró el pasado domingo a Gerard Moreno el extremeño ya suma dos y únicamente el valencianista Diego Alves -un auténtico especialista en esta disciplina desde hace años- mejora sus registros con tres lanzamientos detenidos.

Desgraciadamente sin embargo hay oportunidades en las que hasta el mejor candado es insuficiente para mantener a buen recaudo el botín. Y eso es lo que le ha ocurrido al Deportivo Alavés y a Pacheco. Por increíble que pueda parecer, ninguna las penas máximas paradas por el guardameta se han traducido en puntos para la escuadra de Mendizorroza. La primera tuvo lugar en el duelo ante el Real Madrid y, pese a detener uno de los dos penaltis ejecutados por Cristiano Ronaldo, el duelo se saldó con derrota local. Idéntico balance que el pasado domingo contra el Espanyol.