Vitoria - El primer tercio de la temporada del regreso del Alavés a Primera División ha destapado ya a los jugadores más destacados del equipo de Mauricio Pellegrino. A los ojos del panorama futbolístico nacional ha emergido con fuerza la figura de Theo Hernández como candidato a convertirse en una de las grandes revelaciones y sorpresas de LaLiga. Pocos aficionados podían vaticinar semejante irrupción en la primera plana del balompié nacional de un jugador, cedido por el Atlético de Madrid, que empezó la liga con 18 años, cumplió los 19 el pasado seis de octubre, y que ha hecho de las potentes cabalgadas por la banda izquierda su carta de presentación.

Sin embargo hasta llegar a disponer de este seguro de vida para el costado zurdo de la defensa, el Alavés ha padecido durante dos décadas para encontrar un buen jugador en una demarcación cada día más complicada de cubrir. Muchos han sido los jugadores que han desfilado por esta posición y ha sido un casting continuo hasta encontrar jugadores fiables y consistentes.

Un repaso a lo largo de estas veinte temporadas permite rememorar grandes fiascos de laterales que no llegaron a ofrecer un mínimo nivel junto a un reducido ramillete que se han hecho un nombre en la mente de los buenos seguidores albiazules. Un repaso a esta particular galería de nombres permite hallar, en una primera época nombres como los de Ibon Begoña, Josete, Torres Mestre y Llorens junto a nefastas contrataciones como las del balcánico Vlatko Djolonga o el argentino Pablo Daniel Brandán. El Pacha no ratificó en su fugaz estancia en Vitoria las expectativas de su fichaje, además de meter al club en un farragoso litigio por sus derechos. De época más reciente y mejor recuerdo son figuras como las de Edu Albácar, Raúl Llorente, Jorge Morcillo, Ángel Sánchez o Lluis Carreras, aunque tampoco faltan fichajes fallidos como los de Javi Tarantino, Dani López o Nano hasta la llegada de Raúl García.

En el año del ascenso con Mané en el banquillo, temporada 1997-98, el titular fue José Ramón Dacosta que cuajó su temporada más destacada. No tuvo ocasión de debutar en primera y en aquel histórico retorno a la máxima categoría durante cinco temporadas se sobrevivió con Ibon Begoña y en cursos siguientes de intentó tapar el agujero con nombres como Llorens o Torres Mestre. Al final se optó por reconvertir a un diestro natural como Delfí Geli y ubicarle en el costado izquierdo al estar en la banda derecha un lateral de amplio recorrido y largas cabalgadas como el rumano Cosmin Contra. Por paradójico que pueda resultar el catalán ha sido uno de los mejores laterales izquierdos de esta últimos años e incluso llegó a ser el titular en la añorada final de la UEFA de Dortmund. No fue la única reconversión para ese puesto ya que en la anterior estancia en primera David Coromina repitió cambio de demarcación y pese a ser un lateral zurdo terminó en la banda contraria para certificar el año del nuevo retorno a segunda en la temporada 2005-06.

De nuevo en la categoría de plata se siguió esa búsqueda de un mirlo blanco para el puesto. Se optó por recuperar a un canterano como Ángel Sánchez para abrir una segunda etapa en Vitoria. Fueron los años del negro trienio de gestión de Dmitry Piterman y de fastuosos fichajes como el de Lluís Carreras que, avalado por su brillante trayectoria en primera, llegó para adueñarse del puesto, al tiempo que iniciar una tortuosa relación con el máximo accionista. Se logró retornar de nuevo a lo más alto del balompié nacional, pero sin dar con un lateral izquierdo de garantías con el que reforzar el puesto. El baile de entrenadores de ese año 2005-06, con Chuchi Cos, Juan Carlos Oliva y Mario Luna, llevó a otro desfile de carrileros izquierdos con desconocidos jugadores como Poli. El descenso a segunda trajo a Vitoria fichajes como Javi Tarantino, además de seguir con Ángel y el propio Carreras. En pleno descenso a los infiernos Edu Albácar llegó para convertirse en uno de los fichajes mejor pagados en el club. En el año 2008-09 se agudizó la caída al barro de Segunda B y de zozobra económica. Tocó rebuscar y bucear en el mercado para extraer piezas como las de Raúl Llorente, aún en activo en el Platanias de Grecia. También le sucedieron contrataciones como las de Morcillo, Dani López o Nano, que fue una perla de La Masía y debutó en el Barcelona a las órdenes de Louis Vaan Gal. También en la división de bronce, en el verano de 2012, llegó el vitoriano Manu García. Natxo González le ubicó en el costado izquierdo después de haber brillado como interior también. Hubo que esperar a la llegada del andaluz Juanje para el de San Viator adelantara su posición a zonas ofensivas.