Vitoria - Por experiencia histórica, las andaduras de los inversores extranjeros en el fútbol español han estado lejos de ser positivas. El propio Deportivo Alavés tiene como protagonista de su etapa más negra al ucraniano-estadounidense Dmitry Piterman, quien anteriormente había esquilmado el Racing de Santander, donde también campó a sus anchas el indio Alí Syed. El jeque Al Thani es en estos momentos el más duradero de los empresarios que han llegado desde fuera de las fronteras estatales, pero, además de su Málaga, solo Valencia, Granada y Espanyol están controlados por capital extranjero.

Con la única excepción de Alemania -la Bundesliga exige que el 51 % de los clubes sea propiedad de sus socios con las excepciones de Bayer Leverkusen, propiedad de la farmacéutica Bayer, y el Wolfsburgo, de la automotriz Wolkswagen-, la tendencia en Europa es el control de los clubes por grandes fortunas internacionales.

En Inglaterra esa propiedad extranjera es la moneda más común. Arsenal (Kroenke Sports), Manchester United (familia Glazer), Liverpool (John W. Henry) o Sunderland (Ellos Short) están controlados por capital estadounidense; la familia Srivaddhanaprabha, de origen tailandés, está al frente del Leicester; mientras que el ruso Roman Abramovich maneja el Chelsea; el jeque de Emiratos Árabes Mansour bin Zayed Al Nahyan lleva los mandos del Manchester City; el italiano Gino Pozzo, el Watford; o la suiza Katharina Liebherr, el Southampton.

En Francia, los rusos Margarita Louis-Dreyfus y Dmitri Rybolovlev están al frente de Olympique de Marsella y Mónaco), respectivamente, mientras que el jeque catarí Nasser Al-Khelaïfi controla el PSG. Mientras, en Italia el indonesio Erick Thohir posee el Inter de Milán y la estadounidense NEEP Roma Holding S.p.A., el Roma, mientras que, tras treinta años al frente del Milan, el pasado verano Silvio Berlusconi vendió el club a la china Sino-Europe Sports Investment Management Changxing.

perviven los clubes En España, las malas experiencias precedentes han obstaculizado algunas ventas y todas las noticias en ese sentido se recogen con resquemor y muchas dudas. Por ejemplo, los aficionados del Celta se han movilizado para que el presidente Carlos Mouriño no venda el club al grupo China International Travel Service.

Precisamente, del gran gigante asiático proceden los propietarios de Espanyol (Rastar, empresa de juguetes) y Granada (desde este verano, Desports, una agencia de marketing deportivo propiedad de la multinacional Wuhan Double, ha tomado el relevo a la italiana familia Pozzo, que hizo del club andaluz una de sus sucursales de equipos por Europa). Aunque, antes que ellos, el primer en desembarcar en España fue el Grupo Wanda con la compra del 20 % del accionariado del Atlético de Madrid. A finales de 2014, a Valencia llegó desde Singapur Peter Lim, asumiendo toda la deuda del club.

Son las excepciones dentro de un fútbol español que presenta otros cuatro casos anacrónicos en forma de clubes deportivos. Barcelona, Real Madrid, Athletic y Osasuna no se vieron obligados a convertirse en sociedades anónimas deportivas en 1990 y pertenecen a sus socios. Los dos primeros serían piezas cotizadísimas si fuesen SAD, pero su condición de clubes deportivos les mantiene fuera del mercado.

El reparto accionarial en clubes como Real Sociedad y Eibar viene marcado por unos estatutos que impiden tener más de un 5 % del capital. Igualmente, aunque no por decisión legislativa, están repartidos los títulos en el Deportivo, donde el accionistas mayoritario, Estrella Galicia, no alcanza ni siquiera el 2 % de las acciones. De la misma manera, en Las Palmas su presidente no llega al 9 %, cifra similar a la que tienen otros cuatro empresarios representados en el club.

Las luchas internas por el control son el pan de cada día en Sevilla y Betis, por la incierta presencia en cada club de accionistas de enorme importancia como José María del Nido y Manuel Ruiz de Lopera que atraviesan por procesos judiciales.

En el resto de clubes, como en el propio Alavés, la propiedad es prácticamente en monopolio al controlar los mandatarios la mayoría accionarial suficiente como para imponer sus decisiones. - DNA

Alavés. Saski Baskonia (83 %). Athletic. Club deportivo. Propiedad de sus socios.

Atlético de Madrid. Familia Gil (48 %). Barcelona. Club deportivo. Propiedad de sus socios.

Betis. Ruiz de Lopera (51 %).

Celta. Carlos Mouriño (52 %). Deportivo. El mayoritario, Estrella Galicia, no llega al 2 %.

Eibar. Más de 10.000 accionistas; ninguno puede rebasar el 5 %. Espanyol. Rastar (99,35 %). Granada. Desports (99 %). Las Palmas. Los tres mayoritarios rondan el 9 %. Leganés. Hause La Fuente (73). Málaga. NAS Football (97 %).

Osasuna. Club deportivo. Propiedad de sus socios. Real Madrid. Club deportivo. Propiedad de sus socios.

Real Sociedad. Más de 10.000 accionistas; por ley ninguno puede rebasar el 5 %.

Sevilla. Sevillistas de Nervión (33 %). Sporting. J. Fernández (73 %).

Valencia. Peter Lim (70 %). Villarreal. Fernando Roig (98 %).