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1-0, minuto 65: Molina. Saque de esquina de Tejera y Molina entrando desde atrás impacta con la cara en el balón y supera a Torres.

1-1, minuto 89: Barreiro. Falta lateral que pone Juli en el área y el gallego saca n disparo seco y raso con el que supera a Reina.

Amonestó aLlamas (minuto 12), Bernardello (minuto 44), Valentín (minto 85) y Martínez (minuto 94).

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Tarragona - No le quedaba nada que hacer ya al Deportivo Alavés en una temporada ya resuelta con matrícula de honor con el ascenso, pero este Glorioso es un equipo que mantiene firme la fe hasta el último segundo. Solo así se entiende que en un partido en el que se podía haber desconectado tranquilamente, más aún cuando el Nàstic ya se había adelantado en el marcador, fuese capaz de seguir tensando la cuerda hasta el último segundo. Y el premio a esa firmeza en la fe fue el gol de Manu Barreiro en el minuto 89 que hace del equipo de José Bordalás campeón de la Liga Adelante, cuarto título de Segunda División en la historia del club y broche de oro a una campaña excepcional.

La gran duda antes del inicio radicaba en conocer la apuesta de Bordalás en un once inicial en el que se esperaba muchas novedades con respecto al habitual durante todo el curso. Optó el alicantino por una mezcla entre los de siempre y los que menos oportunidades han tenido. Entre los primeros, los Carpio, Laguardia, Mora, Femenía, Dani Pacheco y Toquero, a los que también se les podría añadir Bernardello. Las grandes novedades, Pau Torres bajo palos, Borda en el centro de la defensa, Iñaki en el lateral izquierdo y Llamas, titular por primera vez, de segundo punta.

La otra duda residía en la actitud competitiva de los alavesistas, pero desde el primer segundo aparcaron cualquier tipo de suspicacia y fueron a buscar al rival. Con mucha más alegría en el ataque que de costumbre y sin el esfuerzo destajista en defensa de siempre, pero plantando cara a al Nàstic. Eso sí, las opciones más claras eran las locales, y que Molina, Aníbal y Lobato generaron tres opciones muy claras en apenas quince minutos. No le faltó el trabajo a Pau Torres, que pocos segundos después le sacaba un mano a mano a Emana. La catarata sobre el meta barcelonés era una constante, pero los tarraconenses no eran capaces de embocar en remates finales en los que se mezclaron nervios e inocencia.

Resistió el Alavés como pudo esa avalancha del Nàstic, que buscaba meter presión en la distancia a un Leganés también incapaz de marcar en Miranda, y tras esos minutos de enorme agobio el partido se igualó por completo. Pasaron los albiazules a llevar el peso del juego a través de la posesión y fue Dani Pacheco el encargado de comandar el ataque buscando buenas opciones. Eso sí, cuando el equipo se aproximaba al área las ideas se apagaban. Mientras, los de Vicente Moreno, desgastados tras su gran arranque, lo fiaban todo a alguna genialidad de Emana. En esta tesitura, se llegó al descanso con las tablas mandando en el marcador.

En el arranque del segundo acto llegaban malas noticias al Nou Estadi para el Nàstic, ya que el Leganés se adelantaba. Pero no por ello lo locales cejaron en su empeñó por marcar, ya que buscaron con insistencia la portería de un Pau Torres que se sacó de la chistera un par de intervenciones de enorme mérito antes de que lo de Vicente Moreno se adelantasen en el minuto 62. Un saque de esquina de Tejera que Molina golpeó con la cara ponía en ventaja a los catalanes y, de paso, echaba por tierra el campeonato para los alavesistas.

A partir de ahí, mientras la grada se centraba en las noticias que llegaban desde Miranda -incluso se celebró un gol de los burgaleses que en realidad no se produjo-, los jugadores locales se dedicaban a ofrecer un nuevo cursillo de cómo perder tiempo de manera descarada. Ya lo hicieron en la primera vuelta en Mendizorroza y repitieron ayer actuación teatral. Hombre al suelo. Una y otra vez. Mientras que los albiazules buscaban el gol que les diese el título de Segunda, los catalanes se dedicaban a perder todo el tiempo que pudiesen.

En esta tesitura, El Glorioso mantuvo la fe competitiva que le ha caracterizado y quiso estirar la temporada hasta el último segundo. No quería el equipo dejar un mal sabor. Se merecía el título de campeón más que nadie. Y lo buscó con ahínco hasta el final. Con tanta fuerza que lo encontró en el minuto 89 con un gol de Barreiro tras una falta. Fe firme hasta el final. El sello de este Alavés.

Siempre competitivo. Pese a tener su objetivo ya conseguido, el Alavés dio la cara en el último partido de la temporada, le puso las cosas difíciles al Nàstic y fue capaz de rehacerse al tanto local para acabar marcando en el minuto 89 y conseguir así el punto que aseguraba el título de campeón de Segunda División. El alicantino fue fiel a su estilo hasta el último día y aseguró el merecido campeonato.

Mezcla de jugadores. Bordalás optó por un once inicial en el que había presencia mayoritaria de futbolistas habituales -entre ellos hay que situar a Bernardello-, pero incluyendo a Pau Torres, Borda, Iñaki y Llamas. Más allá de la alineación, el cuadro albiazul se mostró competitivo, aunque con menos tensión de la habitual en defensa y concediendo bastantes ocasiones claras.

Reacción final. El Nàstic fue capaz de adelantarse en la segunda parte, pero el cuadro vitoriano siguió creyendo en sus opciones hasta el final y consiguió empatar en el minuto 89 para ser campeón de Segunda.

El guardameta catalán cuajó una actuación sensacional, evitó varios goles que eran claros y solo acabó encajando uno en una acción en la que no pudo hacer nada. Brillante.

Ante un rival que dejaba muchos espacios a la espalda de la defensa, el alicantino no fue capaz de encontrar su hueco para marcar diferencias con su velocidad y apareció poco.