tarragona - Al Deportivo Alavés le quedaba un último reto por superar para culminar una temporada histórica y consiguió alcanzar ese último objetivo en la jornada que finiquitaba su temporada en la Liga Adelante. Por cuarta vez en su historia, en Tarragona El Glorioso consiguió proclamarse campeón de Segunda División. Los entorchados de las campañas 1929-30, 1953-54 y 1997-98 ya cuentan con un nuevo acompañante que dentro de poco tiempo estará expuesto en las vitrinas del club en el museo de Mendizorroza. Un hito que queda ya recogido en los anales del balompié patrio y que corona al equipo de José Bordalás, con absoluta justicia, como el mejor del año en una competición que ha dominado con mano firme durante meses.
El gran sueño, el del ascenso a Primera División, estaba ya asegurado. Pero a la historia se entra por la puerta grande y este equipo no quería pasar la ocasión de proclamarse campeón de la Liga Adelante. Durante las celebraciones de los primeros días de la semana tras haberse constatado el gran éxito, a los futbolistas se les pidió desde la dirección un último esfuerzo -por méritos deportivos, el contrato televisivo de la próxima temporada premia con un millón de euros adicional al primero con respecto al segundo- y estos jugadores que lo han dado todo a lo largo de diez meses por todo el mapa de Segunda cumplieron con el mínimo también en el último viaje a Tarragona.
Hacía falta sumar un punto y el equipo se lo trabajó hasta el último minuto. La victoria del Leganés obligaba a empatar ante un Nàstic que ya había conseguido adelantarse en el Nou Estadi. La fe y el gol de Barreiro rescataron ese punto decisivo.
Más allá del señalado aspecto económico y del honor de pasar a la historia como campeón, la guinda del título liguero supone un nuevo y enorme reconocimiento a un equipo que ha sufrido como ninguno a lo largo de todo el curso y que ha trabajado y sudado más que nadie para alcanzar la cota más alta.
El triunfo de Bordalás y sus muchachos es ya leyenda en la historia alavesista y también tiene un hueco en el mundo del fútbol, ya que queda refrendado por el campeonato de Segunda División, cuarto en la historia de la entidad del Paseo de Cervantes en sus 95 años de vida.