Vitoria - Los intereses del alavesismo estaban ayer en Tarragona, donde el equipo vitoriano se jugaba sus opciones de ascenso directo esta misma noche en caso de derrota del Nàstic, la opción de allanar su camino hacia Primera División si Osasuna conseguía sacar un empate o la corroboración de que todavía queda mucho trabajo por delante si se imponían los catalanes. El peso de ese duelo lo llevaron los navarros, que ahogaron a los de Vicente Moreno. Pero un golpe de genialidad en forma de falta directa de José Naranjo en el minuto 82 dejaba los tres puntos en el Nou Estadi, al Nàstic a un solo punto del liderato albiazul y la constatación de que en el desplazamiento a Barakaldo para hacer frente al derbi con el Bilbao Athletic la victoria vuelve a convertirse en una necesidad. El Glorioso tratará de ascender esta noche el penúltimo escalón en el camino que va a Primera División para así mantener como mínimo el margen de seguridad de cuatro puntos con el que abrió la jornada -hay un Oviedo-Leganés hoy, pero comenzará a las 21.00 horas, una más tarde que el partido en Barakaldo- y así tener la opción de rematar el regreso a la máxima categoría el domingo en Mendizorroza contra el Numancia.

El triunfo ayer del Nàstic cuando su partido ante Osasuna parecía ya abocado al empate dificulta aún más las cosas para los de José Bordalás. Eso sí, en la dependencia de sí mismo que se ha ganado este equipo, todo lo que sea ganar supondría dar un nuevo paso de gigante hacia Primera. Además, cabe recordar que en la pelea por el ascenso directo se ponen en juego dos plazas y no solo el líder sube automáticamente. El Leganés, ahora tercero a tres puntos de los vitorianos, también está metido de lleno en esta guerra y tiene un difícil desplazamiento a Oviedo que podría facilitar el camino por la vía externa.

Pero como no quiere fiarse de resultados de terceros, el Alavés afrontará el derbi de esta tarde como si de una final se tratase. NO en vano, todo lo que no sea sumar una nueva victoria, que sería la cuarta consecutiva, supondría poner en serio riesgo ese margen de seguridad que se había conseguido gracias a los últimos triunfos. Todo esto en la tesitura de no ir a Tarragona la última jornada a jugarse el todo por el todo, ya que esa última bala siempre estará disponible en la recámara en caso de necesidad.

Pero el objetivo de El Glorioso, con los números que maneja, es no alcanzar semejante momento dramático. Y para ello no le queda otra que superar esta noche al colista de la Liga Adelante en un partido que presenta muchos elementos que lo convierten en extraño. Un estadio como Lasesarre en el que se espera una asistencia muy baja, la presencia de la parte más ruidosa de la afición alavesista en el exterior, un Athletic ya descendido pero que lo dará todo en este partido y que cuenta con calidad sobrada para dar algún susto... Muchos elementos fuera de lo común que el Alavés tendrá que saber manejar para conseguir una victoria que impida que se meta en un lío morrocotudo.

En el plano meramente deportivo, no se esperan grandes variaciones por parte de un Bordalás que ha confiado durante toda la temporada en un mismo bloque que va a seguir siendo el encargado de tirar del carro a la hora de la verdad. Las únicas dudas vienen marcadas por la opción de recuperar el trivote en un partido a domicilio, lo que supondría la salida del equipo de Carpio o Femenía, o de seguir apostando por el 4-4-2, lo que haría que el técnico tuviese que elegir entre Manu García y Bernardello en el centro del campo. Eso sí, lo que pretende el alicantino es que todos sus discípulos estén metidos de lleno en el partido, por lo que ayer decidió dar una convocatoria en la que incluyó a sus veintitrés jugadores. Todos ellos empujarán para subir el penúltimo escalón hacia Primera.