Vitoria - La Primera División, la obsesión que canta Iraultza 1921, está ya a milímetros de distancia. Las tres victorias consecutivas que ha encadenado el Deportivo Alavés han supuesto pasos gigantescos en este maratón interminable que es la Segunda División. En una carrera de fondo y resistencia, el cuadro albiazul ha sacado a relucir una capacidad física envidiable para, en medio de una gran igualdad, lanzar un poderoso esprint final que le ha situado a la cabeza de la competición cuando solo quedan tres partidos por disputarse. A partir de ahora, las opciones de ascenso directo no son una quimera. Comienzan a tornarse en una realidad palpable. No hay ciencia más exacta que las Matemáticas y los números ya señalas los registros que son necesarios en las situaciones más variopintas. Y, por primera vez en lo que va de curso, el equipo de José Bordalás podría disponer este mismo jueves de la oportunidad de dejar finiquitada la campaña con el billete automático a Primera.
No parece fácil que las cuentas vayan a cuadrar tan rápido, ya que en este primer caso El Glorioso depende de terceros. Y mucho, además. La victoria que consiguió ayer el Nàstic en su visita al Zaragoza es la que impide que el ascenso alavesista sea ya prácticamente una realidad. El equipo tarraconense se mantiene todavía a solo cuatro puntos de distancia, una diferencia asumible cuando quedan nueve puntos todavía por ponerse en juego. Y, sobre todo, teniendo en cuenta que catalanes y vitorianos tienen un duelo entre sí en la última jornada liguera. Pero la aspiración del cuadro vitoriano es llegar con los deberes hechos a ese día, lo que también sería beneficioso para el equipo de Vicente Moreno.
Para que el jueves el Alavés tenga opciones de ascenso directo, primero necesita que el Nàstic pierda en su casa ante Osasuna el miércoles. Una derrota de los tarraconenses ante los navarros abriría de par en par las puertas de Primera para los albiazules, quienes, eso sí, tendrían que ganar el jueves en Lasesarre para cuadrar definitivamente la única cuenta que daría el billete a la máxima categoría en la próxima jornada. No es imposible, pero sí bastante difícil ya que requiere de la derrota catalana.
cinco puntos y a primera Recurriendo solo a lo propio, que es lo único que puede manejar el conjunto de Bordalás, son cinco puntos los que separan al Glorioso del ascenso directo en el caso de que los rivales directos consiguiesen el pleno en las tres jornadas finales. Una victoria y dos empates, nada más. Por esa razón, si subir en Barakaldo parece ciertamente complicado, lo que está claro es que una cuarta victoria consecutiva en la visita al Bilbao Athletic supondría ya un golpe prácticamente definitivo que permitiría encarar el duelo del próximo domingo en Mendizorroza contra el Numancia con la opción de subir sin depender de resultados de terceros.
Lo que ya es seguro desde ayer de manera matemática es la clasificación para el play off de ascenso. El objetivo del club cuando arrancó la temporada y todo un éxito ya de por sí, pero que ahora se queda simplemente en un aperitivo si se compara con el plato principal que ya se contempla de cerca y que en breve puede ser una realidad.