Cada alavesista lleva dentro de su cabeza una calculadora con la que ha ido echando sus cuentas mentales a lo largo de toda la temporada y después de un fin de semana primoroso para los intereses albiazules los números que echa todo el entorno del club son muy similares. En todos ellos, con el optimismo que ahora reina, el resultado final después de pulsar todas las teclas posibles es el de ascenso directo. Hay quien riza el rizo, por eso de no recurrir a la agonía habitual de este Glorioso, y adelanta la fecha al penúltimo compromiso liguero, el que hay que disputar en Mendizorroza contra el Numancia. Pero también hay quien adelanta aún más el escenario, concretamente al próximo jueves 26 de mayo, fecha en la que toca visitar al Bilbao Athletic en el exilio de Barakaldo. Cuentas de todos los colores, sumando unos por aquí y otros por allá, pero con la confianza ciega en un equipo que ha conseguido mantenerse inalterable contra viento y marea y que en esta última jornada dio el golpe sobre la mesa que puede considerarse prácticamente como definitivo.
Lo cierto es que las cuentas del ascenso ya le cuadran al Alavés más allá de recurrir al tópico de que ganando todo se sube. Ni siquiera hace falta ya gesta de semejante tamaño. Si todos los resultados del Nàstic -el perseguidor más inmediato, a cuatro puntos de distancia- se pusiesen en contra, ocho puntos en los siguientes cuatro partidos serían suficientes para el conjunto vitoriano. Y es que es el propio equipo de José Bordalás el que, en caso de máxima necesidad, tendría guardada la última bala en la jornada final en la que hay que visitar a los tarraconenses. Esos ocho puntos de los vitorianos supondrían que los catalanes no podrían hacer el pleno de doce y como mucho alcanzarían los diez, cifra insuficiente.
Ese partido final en el Nou Estadi se presenta en todo caso como la última baza para el cuadro alavesista, ya que siempre que el Nàstic no gane ese día todo resulta mucho más sencillo y las cuentas se podrían cuadrar de maneras muy diversas. Lo único seguro, echando mano a las matemáticas, es que con ocho puntos se ascendería en cualquier caso, ya que dejarían sin margen a todos los equipos que tienen por detrás. Dos victorias y otros tantos empates en la serie de cuatro partidos ante Ponferradina, Athletic, Numancia y ese citado cierre de curso en tierras catalanas. Cifras importantes, pero para nada inalcanzables.
Eso sí, no parece que vaya a tener que llegar el Alavés a semejante registro. Los números durante toda la temporada vienen marcando la cifra de los 70 puntos como suficiente para el ascenso directo y todo hace indicar que se va a cumplir con la previsión. Por ejemplo, tanto el cuadro albiazul como el Leganés tienen ahora una proyección de 71,8 puntos, mientras que la del Nàstic se queda en 67,4 y la del Zaragoza en 66,3. Lo que quiere decir que tanto catalanes como maños tendrían que rendir muy por encima del nivel que han mostrado hasta ahora y, además, que tanto vitorianos como madrileños levantasen ostensiblemente el pie del acelerador.
Eso sí, en el seno alavesista la cifra marcada desde hace tiempo son los 71 puntos. Seis más de los que presenta el casillero en estos momentos y que pondrían la situación casi imposible para los dos únicos perseguidores que tienen opciones reales de darle caza. El Nàstic estaría obligado a sumar diez puntos -es decir, ceder solo un empate y ganar los otros tres encuentros-, mientras que el Zaragoza tendría que firmar el pleno de doce puntos de doce posibles en los cuatro encuentros que quedan por delante.
zaragoza-nàstic, clave En todo el batiburrillo de cuentas en la lucha por el ascenso a Primera División, el próximo domingo se presenta como el día que puede acabar de clarificar todo. El Zaragoza-Nàstic de la matinal dominical tiene una trascendencia excepcional de cara a los intereses alavesistas. El que gane tendrá el derecho de convertirse en la única amenaza real para el ascenso, mientras que un empate echaría por tierras prácticamente las opciones de estos dos equipos de dar caza a los colíderes.
Pero, en todo caso, pase lo que pase en ese encuentro el propio Alavés siempre mantendrá la sartén por el mango. Y es que, al margen del resultado de ese duelo directo entre sus dos perseguidores, el equipo de Bordalás tendrá esa misma tarde la opción de dar un paso de gigante hacia el ascenso por sus propio medios. Una victoria ante la Ponferradina, que sería la tercera consecutiva, pondría ya definitivamente contra las cuerdas al resto de aspirantes a Primera dentro de una semana en la que se encadenarán tres partidos seguidos que dejarán prácticamente sentenciada la pelea por el ascenso.