Vitoria - Queda solo un mes para que el próximo 5 de junio concluya la fase regular de la competición en la Liga Adelante y el Deportivo Alavés, pese a la gran crisis en la que se encuentra sumido desde hace semanas, mantiene todavía opciones claras de ascenso y parte aún en situación de cierto privilegio al conservar la segunda plaza y contar con ventaja, por mínima que sea, sobre sus más inmediatos perseguidores. Se presenta un esprint final de curso apasionante, con seis jornadas y dieciocho puntos por ponerse en juego. Un cara o cruz para todos los aspirantes, pero sobre todo para un Glorioso que corre el riesgo de ahogarse en la orilla después de meses y meses braceando para mantener la cabeza fuera del agua y aprovisionarse de oxígeno. Y es que después de una vuelta entera (veintiún jornadas) en una de las dos mejores plazas de la competición, caer ahora de ese peldaño privilegiado supondría un mazazo muy serio. Incluso el riesgo de quedarse fuera del play off, con solo cuatro puntos de renta con respecto al séptimo clasificado -actualmente el Girona-, se contempla ahora como una opción real cuando hace no tanto tiempo esa cota se daba por alcanzada.

A los tiempos de bonanza que tan lejanos quedan en la memoria se debe la permanencia todavía del equipo vitoriano en puesto de ascenso directo cuando es uno de los peores equipos de Segunda División en el último tramo de competición, en el que su incapacidad para ganar le ha hecho perder gas de manera inexorable. Solo ha conseguido dos victorias en sus últimos doce encuentros, con una bagaje de trece puntos de los 36 que se han puesto en juego. Cifras que sacadas de contexto le convertirían en un conjunto de los que aspiran a la permanencia, pero que llevadas al global solo han supuesto, que no es poco, la pérdida del margen de seguridad que los de Bordalás manejaban al inicio de la segunda vuelta. O, sin necesidad de irse tan atrás en el calendario, a los días posteriores al encadenado de victorias en Córdoba y Albacete. Entonces el ascenso se rozaba con la yema de los dedos; ahora se contempla como una opción muy lejana para la que habrá que remar todavía muchísimo.

Tras la jornada del fin de semana, las diferencias han quedado todavía más reducidas que hace siete días. Con tantos implicados en la pelea, siempre hay alguno que aprovecha los errores ajenos. Así el Nàstic se ha situado a solo dos puntos, mientras que Oviedo y Osasuna se ponen a tres. Misma diferencia a la que se mantiene el Zaragoza, que empató en su visita a Ponferrada. En esta tesitura, el que podría dar un golpe prácticamente definitivo es el Leganés, que si gana esta noche en su visita al Athletic se haría ya prácticamente en propiedad con una de las plazas de ascenso, dejando la pelea por la segunda para toda la jauría que viene por detrás.

En ese grupo tan compacto, quien tiene la potestad de marcar el ritmo es el propio Alavés, que es el que marcha por delante. Por eso se antoja como imprescindible la victoria en Mendizorroza el próximo domingo contra el Valladolid, ya que permitiría mantener aún la segunda posición y, casi con total seguridad, descabalgaría a alguno de los rivales. Después quedarían la visita a Alcorcón, la semana decisiva con los duelos encadenados ante Ponferradina, Athletic y Numancia, antes del cierre de la fase regular con la visita al Nàstic.