Vitoria - El Deportivo Alavés lleva semanas penando por una falta de pegada que le ha impedido dejar ya sentenciado su ascenso a Primera División, pero el mal que afecta a los albiazules está muy extendido por una Liga Adelante en la que las defensas se encuentran muy por encima de los ataques en lo que a eficacia se refiere. La máxima de que mantener la portería propia a cero es el factor fundamental en Segunda División es un mantra que ha calado profundamente entre todos los componentes de la categoría de plata. Pocos riesgos, trabajo muy centrado en mantener el candado firme, apuestas por reforzar la seguridad, muchos jugadores por detrás del balón... La insistencia de los entrenadores en la que la defensa es lo primero. Si a eso se le une el hecho fehaciente de que destruir siempre es más fácil que construir y la escasez de jugadores determinantes, la mezcla da de sí una competición tremendamente igualada, generalmente con muy pocos goles y en la que el empate se está convirtiendo en el resultado más repetido.
No en vano, las tablas en los marcadores finales de la Liga Adelante se son ahora lo más habitual. Las defensas se imponen a los ataques, muchos equipos tienen enormes dificultades para marcar y la igualdad reinante propicia que cada punto valga su peso en oro, lo que conduce a arriesgar aún menos todavía. Así, los empates se van sucediendo de esta manera a ritmo de récord y muy por encima de los registros de las temporadas precedentes.
Hasta 122 igualadas se han producido ya, prácticamente ya a la par de las dos campañas anteriores con ocho jornadas aún por disputarse y superando ya las cifras de muchos otros cursos. De ahí, de tantos puntos perdidos por el camino sin victorias, la razón que explica los bajos guarismos de los aspirantes a un ascenso más accesible que nunca.
Este Alavés que aspira al ascenso por méritos propios presenta una media goleadora muy por debajo de sus dos versiones precedentes en la categoría de plata, pero su rendimiento, por si hace falta recordarlo, está siendo muy superior. La media de la mano de José Bordalás es en estos momentos de 1,12 dianas por encuentro. El pasado curso, se cerró con un registro de 1,17 tantos por comparecencia. Muy lejos ambos del de la agónica salvación, donde se elevó a 1,37 siendo el cuadro albiazul el segundo mejor realizador de Segunda aquella campaña (57 goles) solo por detrás del Barça B (60).
el leganés, la excepción Pero esos problemas que atañen al cuadro albiazul son equiparables a lo de otros ocupantes de la zona de privilegio. Con los mismos 38 goles que el cuadro albiazul se encuentra el Zaragoza; 37 han marcado el Alcorcón y el Girona; con 35 está Osasuna; y la palma se la lleva el próximo rival, un Elche que es el segundo peor realizador de la competición con solo 32 dianas a pesar de los veinte que ha aportado el pichichi Sergio León, lo que supone un fenómeno difícil de explicar. En el otro lado de la balanza, los equipos que mejores registros goleadores presentan también están encajando muchas más dianas. Por ejemplo, Córdoba y Mirandés son los mejores de la categoría en este aspecto (50 dianas) y ninguno de ellos ocupa la zona noble, mientras que la penalización para otros que ven puerta con asiduidad, casos de Oviedo y Nàstic, viene marcada por una portería más porosa. La excepción a esta regla la representa el Leganés, que es el tercer mejor goleador (46) y el segundo menos goleado (28), con un saldo positivo en su balance de +18 tantos. Pese a ello, los pepineros presentan los mismos puntos que un Alavés que maneja un +7. Y es que los madrileños han conseguido muchas dianas en una serie de duelos concretos, pero se han quedado ya en blanco hasta en once ocasiones, mientras que los albiazules reducen esa cifra a los nueve partidos sin marcar además de sacar un rendimiento mayor a cada tanto.
Esa tendencia, la de explotar al máximo cada diana, es la que quiere seguir el Alavés en un tramo final del curso en el que todo hace indicar que sus problemas de cara a la portería rival se van a seguir acentuando por la fortaleza que muestran las defensas.