vitoria - Pese a que ya han transcurrido cuarenta y ocho horas, resulta inevitable que entre los aficionados del Deportivo Alavés todavía perdure cierto regusto de amargura como consecuencia de los dos puntos que volaron de Mendizorroza a la conclusión del encuentro con el Tenerife. Una victoria que parecía asegurada se escapó como el agua entre los dedos cuando el conjunto insular aprovechó un despiste defensivo vitoriano en los últimos minutos para restablecer las tablas en el marcador. Como consecuencia, el combinado del Paseo de Cervantes debió conformarse con la suma de un punto. Un resultado que le apeó momentáneamente del liderato de la Segunda División pero que, pese a todo, le permitió ampliar su ventaja sobre el tercer puesto.

El balance, por lo tanto, puede considerarse más positivo que negativo, aunque en el ambiente flotaba la sensación de haber desperdiciado la oportunidad de dejar casi sentenciado el ascenso. Una de las muchas cosas buenas que tiene el deporte es que acostumbra a ofrecer revanchas muy pronto y en esta ocasión la norma vuelve a cumplirse. De esta manera, El Glorioso va a disponer el próximo fin de semana de un escenario ideal para redimirse del pequeño tropiezo sufrido ante el Tenerife y volver a alegrar su paladar con sabores dulces a más no poder. Y es que la 34ª jornada del campeonato parece estar diseñada a propósito para dejar definitivamente despejado el panorama albiazul a corto y medio plazo.

Sobre todo, porque el siempre caprichoso calendario ha querido emparejar en esta cita a sus más directos rivales en estos momentos. Lo que inevitablemente supone que alguno de ellos no pueda sumar puntos y facilite la escapada albiazul. Siempre, claro está, que el equipo de José Bordalás cumpla primero con su parte del trabajo. Esto es, que se capaz de mantener su excelente trayectoria como visitante de las últimas semanas y consiga sumar una nueva victoria en su visita al Girona.

Porque si el Alavés es capaz de vencer en Montilivi, podría encarar las ocho últimas jornadas de la temporada con siete puntos de ventaja sobre el tercer clasificado o, lo que es lo mismo, sobre la frontera que separa el ascenso directo a Primera División de la obligación de disputar las siempre imprevisibles eliminatorias para lograrlo. Para ello debería producirse la combinación ideal de resultados, algo que, por otra parte, no se antoja especialmente improbable.

Porque el domingo arrancará con un espectacular cruce entre el cuarto clasificado, Nàstic de Tarragona, y el tercero, Oviedo. Ambos tienen ahora mismo 52 puntos (cinco menos que el Alavés) por lo que si el partido acaba en empate y los de Bordalás ganan un día antes en Girona la diferencia se iría hasta los siete (60 por 53) a falta únicamente de que se pongan en juego otros 24. Por otro lado, el líder Leganés también afronta una salida complicada, ya que debe visitar al Alcorcón, sexto con 49 puntos, en una confrontación en la que cualquier resultado tendrá una consecuencia positiva para los vitorianos.

Tres escenarios. Además de su partido del sábado contra el Girona en Montilivi, el Alavés estará muy atento a los encuentros del domingo entre Nàstic y Oviedo y Leganés y Alcorcón. En ambos, alguno de sus rivales por el ascenso perderá puntos importantes.

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Puntos de ventaja respecto al tercer clasificado. Ese podría ser, en el mejor de los casos, el excelente balance que depare al Alavés la próxima jornada. Para ello el equipo debería ganar en Girona y que Nàstic y Oviedo -tercer y cuarto clasificado que juegan entre sí- firmen tablas. Además, el líder Leganés visita al Alcorcón, sexto, en un duelo en el que cualquier resultado tendrá una lectura positiva para ‘El Glorioso’.