vitoria - Lo advirtió alto y claro hace una semana el capitán del equipo, Manu García, tras el pírrico triunfo conseguido ante el Albacete, donde el Alavés se impuso por la mínima (0-1): “Nosotros no estamos aquí para jugar bien, estamos para ganar”, sentenció el vitoriano. Toda una declaración de intenciones que ayer, ante el Tenerife, quizá se echaron en falta, coincidiendo precisamente con la ausencia del centrocampista, sancionado por acumulación de tarjetas. Porque después de saborear durante casi 40 minutos los tres puntos ante los isleños, lo que le hubiera permitido dar un paso de gigante en el camino hacia el ascenso, el Alavés se dejó empatar cuando faltaban solo tres minutos para el final, lo que supuso un palo enorme que cayó como un jarro de agua fría entre la afición albiazul pero que, sin embargo, al final de la jornada y conforme se sucedieron los resultados de los equipos implicados en la lucha por el ascenso, tornó en algo positivo. Y es que al final del día, El Glorioso acabó con un punto más de ventaja respecto al tercer clasificado, que en estos momentos ocupa el Oviedo con 52 puntos.
En este contexto, José Bordalás valoró lo sucedido, lamentó los dos puntos perdidos y advirtió que lo ocurrido en Mendizorroza no va a ser solo flor de un día. “Lo que nos ha pasado hoy va a ser la tónica habitual hasta el final de temporada, así que tenemos que ir partido a partido”, reconoció el alicantino, que a pesar de elogiar las buenas sensaciones y la ilusión con la que sus hombres saltaron al campo, lamentó el exceso de ambición de sus pupilos con el 2 a 1 a su favor en lugar de matar el partido y dejar los tres puntos en casa. “Tras un despiste en un córner nos ha llegado el 0-1, lo que puesto complicadas las cosas, sin embargo hemos tenido la suerte de empatar y hacer lo difícil tras el descanso, remontar. Pero a partir de ahí no hemos sabido interpretar el partido porque hemos hecho durante 25 minutos un partido de ida y vuelta. Y ahí no hemos sido inteligentes porque nos hemos desgastado físicamente mucho. Los laterales han subido demasiado y las contras han llegado después... Eso ha generado un desgaste y hemos tenido dudas, así que una pena, sí, porque perder un punto así duele. Teníamos la ventaja del partido, que no el control, pero nos ha faltado tranquilidad”, insistió Bordalás antes de insistir en el exceso de euforia de sus jugadores por el “hiru, hiru” y querer agradar a la afición. “Todo eso definitivamente nos ha traicicionado”. Una situación que, a su juicio, volverá a repetirse en las nueve jornadas que restan. “Esto va aser la tónica hasta el final porque no va a ser fácil para ningún equipo”.
Por su parte, Víctor Laguardia abundó en el discurso del míster. “Quizá deberíamos haber parado el partido pero hemos sido ambiciososo y nos hemos llevado el castido del empate”, reconoció el central.