vitoria - Durante bastantes semanas, el Deportivo Alavés ha conseguido mantenerse en lo más alto de la clasificación, fundamentalmente, gracias a una efectividad digna de los mejores conjuntos del continente. Desde el inicio del curso resultó evidente que el combinado de Bordalás no se prodiga en exceso por el área rival y que le cuesta lo suyo general fútbol ofensivo que genere inquietud en las defensas contrarias pero, como contrapunto, ha sido capaz de sacar el máximo rendimiento a sus contados acercamientos con peligro. De esta manera, una ocasión a favor se convirtió en sinónimo casi seguro de gol y ese elevadísimo porcentaje de acierto -unido a su siempre intachable trabajo defensivo- permitió al Glorioso recolectar una abundante cosecha de puntos que le permitió escalar hasta las posiciones de privilegio.
Sin embargo, con el inicio de la segunda vuelta del campeonato, la mortífera munición del Alavés parece haberse convertido en inofensivas balas de fogueo. El equipo mantiene su estilo de juego pero ahora encuentra muchísimas más dificultades para poder transformar sus oportunidades. Todo ello, como es lógico, ha derivado en una preocupante falta de pegada que ha situado a la escuadra de Mendizorroza en un momento delicado.
Porque en los siete encuentros que se han disputado desde que se superó el ecuador de la Liga el plantel vitoriano únicamente ha sido capaz de anotar cuatro goles. Un balance ciertamente pobre que tiene su inevitable repercusión en la tabla clasificatoria. Porque, sin tantos a favor, resulta extremadamente complicado poder sumar de tres en tres. De hecho, en este periodo solo ha logrado dos victorias -en ambos casos por la mínima (1-0) y ante Huesca y Llagostera-. Las otras dos dianas albiazules llegaron en los empates frente a Oviedo y Almería (1-1) en el Tartiere y Mendizorroza respectivamente. En resumen, un expediente que le ha servido para sumar diez de los 21 puntos que se han puesto en liza. Gracias, además, a mantener prácticamente sin despiste alguno su solvencia defensiva.
Pero resulta evidente que una media de un tanto a favor cada 158 minutos de juego va a ser del todo insuficiente que el Alavés pueda pelear hasta el final por el sueño del ascenso con el que ha ilusionado a sus seguidores en los meses de competición que se han consumido. El plantel de Bordalás precisa redescubrir el camino hasta las redes contrarias con urgencia. De lo contrario, corre el serio peligro de sufrir un inoportuno parón que frene de golpe sus aspiraciones.
Para ello, cuenta con dos posibles alternativos. Bien optar por un fútbol más ofensivo que le permita crear peligro con mayor asiduidad o bien recuperar el elevadísimo grado de efectividad del que hizo gala en la primera vuelta. Sea cual sea el elegido, está obligado a ponerlo en práctica de inmediato porque de las ocho ocasiones en las que se ha quedado sin marcar este curso casi la mitad, tres, han tenido lugar desde el inicio de la segunda vuelta.
Bajada notable. Desde que arrancó la segunda vuelta, el Deportivo Alavés solo ha sido capaz de marcar cuatro goles en los siete partidos de Liga que ha disputado, mostrando un claro descenso respecto a sus números anteriores. De hecho, en las diez últimas jornadas de la primera vuelta firmó doce dianas y solo en una ocasión se quedó sin marcar.
Menos acierto. El conjunto de Bordalás no se ha caracterizado nunca por generar un gran número de ocasiones de gol pero sí que había exhibido un enorme acierto a la hora de transformar las que disponía a su favor. Ahora esa efectividad ha disminuido considerablemente y el resultado es que tres de las ocho veces en las que ha acabado un duelo sin marcar han tenido lugar en esta fase inicial de la segunda vuelta.
158
Minutos de juego necesita el Alavés para hacer un gol desde que se inició la segunda vuelta de la competición. Una cifra que tendrá que mejorar sensiblemente si desea seguir manteniendo vivo hasta el final el sueño del ascenso