Vitoria - Una de las claves del buen rendimiento del Deportivo Alavés esta temporada hay que encontrarla en su capacidad para sobreponerse a los malos momentos y evitar crisis de resultados de larga duración. En estos momentos, el equipo albiazul está atravesando por un bache de dos jornadas consecutivas sin ganar, una mala racha que es la peor de la temporada y que ya se había producido en un par de ocasiones con anterioridad. Entonces, se rompió el dicho de que no hay dos sin tres y se hizo bueno el que dice que a la tercera va la vencida. El Glorioso fue entonces capaz de salir del bache tras haber encadenado dos tropiezos y eso mismo buscará este domingo en su visita al Leganés para no seguir ahondando su particular crisis de juego también con una de malos resultados.
Con los empates ante Mirandés y Almería, el equipo de José Bordalás solo ha conseguido sumar dos puntos de los seis que se han puesto en juego. Se trata del tercer peor registro en dos partidos consecutivos de toda la temporada, ya que durante los dos baches anteriores la recaudación fue todavía menor que la actual. El primer momento de zozobra se vivió entre las jornadas tercera y cuarta, cuando el cuadro vitoriano sufrió dos derrotas consecutivas, la única vez que le ha ocurrido en todo el curso. El segundo momento de sufrimiento, previo al festival de victorias que vino después, fue el único punto cosechados entre la undécima y la duodécima jornada, cuando se empató contra el Albacete para, seguidamente, caer en la visita al Tenerife que supuso tocar fondo.
Esos dos momentos era, hasta ahora, lo más cercano a una crisis en la temporada alavesista. Entonces, la situación se acabó salvando con una victoria al tercer intento que cortó ese par de malas rachas. El Glorioso tiene ante el Leganés la oportunidad de volver a repetir los precedentes de esta misma campaña con una victoria que supondría un aldabonazo de cara a sus opciones de ascenso directo al meter una distancia considerable -serían cuatro puntos y el gol average- al que ahora se presenta como su perseguidor más peligroso.
Un empate dejaría las cosas como están, aunque daría la opción al resto de rivales directo de acortar las diferencias al tiempo que el bache se estiraría de manera preocupante, no tanto, eso sí, como en caso de una derrota que propiciaría perder el liderato en el que el Alavés lleva ya nueve jornadas instalado. En los dos casos, el encadenado de resultados sería el peor de lo que va de curso y no haría más que ahondar en las dudas que el equipo, más en juego que en resultados, ha dejado en las últimas semanas.