Vitoria - El Deportivo Alavés luchará contra su pasado a lo largo de las próximas semanas. Y es que, antes de irse de vacaciones, la plantilla albiazul tiene ante sí el reto de romper con el maleficio que viene acechando desde hace temporadas a este equipo cuando se llega al mes de diciembre. No hay un período de los doce en los que se divide el año (teniendo en cuenta los competitivos) que se le dé peor al Glorioso que el que certifica la caducidad del calendario. Durante las diez últimas temporadas, solo en una ocasión se consiguieron más de la mitad de los puntos que se pusieron en juego en los tres o cuatro partidos que habitualmente se juegan en este mes. El equipo de José Bordalás quiere ahora dar carpetazo al pasado para marcharse de vacaciones con unos registros que le mantendrían en la zona de privilegio con unos puntos que proyectarían, como poco, a la disputa del play off.
El Alavés tuvo un diciembre perfecto en la campaña 2004-05, cuando hizo pleno con cuatro victorias en otros tantos partidos. De la mano de Dmitry Piterman y compañía, el equipo albiazul acabaría firmando entonces el que hasta la fecha es su último ascenso a Primera División. Desde entonces, el último mes del año casi siempre se ha convertido en sinónimo de sufrimiento para el seguidor alavesista.
Solo en una ocasión en estas diez últimas temporadas se ha conseguido una cosecha superior a la mitad de los puntos que se ponían en juego. Fue en la campaña 2010-11, en Segunda División B, cuando de la mano de Miguel Ángel Álvarez Tomé se sumaron cinco puntos de nueve posibles antes del parón navideño, al que el equipo vitoriano se fue como segundo del grupo. La mitad de los puntos, seis de doce, se consiguieron en el curso 2006-07, tras el descenso a Segunda, pero el equipo de Piterman sufrió dos revolcones de impresión en Las Palmas (6-1) y El Ejido (5-2) y las dos victorias solo sirvieron para no hundirse en el pozo.
Estos dos registros suponen las dos excepciones a una regla que se ha hecho persistente. Ni siquiera en los mejores momentos, como la temporada del ascenso a Segunda de la mano de Natxo González. El técnico vitoriano, que firmó unos registros esplendorosos para acabar devolviendo al club al fútbol profesional, no fue capaz de evadirse de esta particular maldición.
Con Natxo González se consiguieron cinco puntos de doce posibles, un registro que también tuvo Josu Uribe en el curso 2007-08. Cuatro de nueve conquistaron José Carlos Granero (2011-12) y Alberto López (2014-15). Un tercio de los puntos sumaron Javier Pereira (dos de seis en la 2009-10) y Natxo González y Juan Carlos Mandiá (cuatro de doce en la 2013-14, en la que el vitoriano fue destituido tras empatar el primer partido del mes ante la Ponferradina). Los peores registros fueron el uno de nueve de la campaña 2008-09 con un José María Salmerón al que esa mala racha le costó el puesto y el uno de doce en Primera del curso 2005-06 con un Chuchi Cos que acabaría cayendo a la vuelta de vacaciones.
calendario exigente El actual equipo dirigido por Bordalás quiere romper con esa tendencia tan gravosa e irse así de vacaciones con la sensación del trabajo bien hecho. Pero conseguirlo no va a resultar nada sencillo, ya que los tres compromisos que quedan por delante hasta el cierre de 2015 son de máxima exigencia y ante rivales directos en la competencia por la zona de privilegio de la Liga Adelante.
La sucesión comienza con la visita a un Valladolid que ha mejorado mucho de la mano de Miguel Ángel Portugal y que solo ha perdido un partido desde la destitución de Gaizka Garitano, por lo que su actual decimoséptima posición es totalmente engañosa. La siguiente estación será la visita del Alcorcón a Vitoria. El cuadro madrileño se ha situado en el grupo cabecero y es sexto tras haber encadenado dos victorias consecutivas, racha que tratará de ampliar ante el Lugo antes de presentarse en Mendizorroza. Diciembre se cerrará con la visita a un equipo como la Ponferradina, el mejor local de Segunda.