Vitoria - El Deportivo Alavés ha alcanzado un oasis clasificatorio y su objetivo ahora es seguir instalado en tan cómodo lugar o, incluso, mejorar todavía más su actual situación de privilegio. Dos victorias consecutivas le han permitido al conjunto vitoriano dar un enorme salto en la clasificación y en solo un par de jornadas ha ascendido de la undécima posición hasta la tercera. Eso sí, las apreturas que presenta la Liga Adelante propician que esta situación pueda revertirse de manera inmediata. Evidentemente, el equipo albiazul quiere escapar de esos vaivenes para solidificar su actual bonanza clasificatoria. Y, para ello, nada mejor que encadenar esta noche la tercera victoria consecutiva. Sencillo de decir, pero un logro que se encuentra al alcance de muy pocos equipos. Y, por ello, quien lo consigue es capaz de marcar la diferencia.
El Alavés ha conseguido estabilidad con dos victorias consecutivas de enorme dificultad que le han permitido volver al grupo de cabeza y dejar sobre la mesa su candidatura a ser un equipo importante. Más allá de ese pleno de puntos en los dos últimos compromisos, se pueden sacar varias lecturas positivas. Una de las principales, teniendo en cuenta además que los dos encuentros se han terminado en inferioridad numérica, es sin duda la solidez defensiva que se ha mostrado. Fernando Pacheco no encajó gol, pero tampoco se concedieron excesivas oportunidades a los oponentes.
Esa solidez tiene que ser base sobre la que seguir edificando tras un arranque de curso en el que los riesgos del Glorioso se vieron seriamente penalizados. Y es que el nivel goleador de las primeras jornadas, tanto a favor como en contra, era difícilmente asumible. No siempre se iban a poder conseguir tres dianas para ganar y por eso echar el candado a la portería era trascendental para sacar un mayor rendimiento de cada tanto.
De cara al duelo de esta noche contra el Mallorca, de nuevo Bordalás se encuentra condicionado por las sanciones. La catarata de tarjetas de los últimos partidos está obligando al técnico a variar sus ideas primigenias, aunque el rendimiento del colectivo no se está viendo lastrado por las ausencias. Una nueva prueba de exigencia en este sentido la que tiene que afrontar hoy un grupo que se verá privado de dos piezas fundamentales en los planes del alicantino como Javi Carpio y Gaizka Toquero -el tercer ausente es Pau Torres, aunque su condición de portero suplente no varía en nada los planes-, quienes hasta la fecha habían sido indiscutibles.
La lógica, por la que casi siempre se inclina el preparador albiazul, apunta a Dani Estrada y Manu Barreiro como sustitutos. Los experimentos apenas le han funcionado a Bordalás y casi siempre ha optado por ellos a domicilio. En Mendizorroza sus planes se han mantenido invariables, por lo que todo hace indicar que mantendrá su esquema habitual y apostará por los dos recambios naturales con los que cuenta en la plantilla.
Más dudas pueden existir en el extremo izquierdo, donde el regreso de Dani Pacheco abre la puerta a la competencia entre el malagueño y Facundo Guichón. El talento y la capacidad de desborde del andaluz ante el sacrificio y trabajo del uruguayo. Teniendo en cuenta la baja de un hombre como Toquero, inigualable en cuanto a pelea, no sería de extrañar que Guichón siguiese en el once para aportar su despliegue físico al equipo.
Encadenar la tercera victoria consecutiva no resultará para nada sencillo por mucho que visite Vitoria un Mallorca que se encuentra en serios apuros. Ya sabe de sobra el Alavés lo que es insuflar oxígeno a un moribundo y no quiere repetirlo esta noche. El equipo de Albert Ferrer, que se juega la continuidad en el banquillo, está lejos de sus aspiraciones del inicio de curso. Le cuesta mucho ganar, sobre todo porque está negado de cara a la portería rival. Eso sí, tampoco es un equipo al que es fácil imponerse, ya que su trabajo defensivo está siendo lo más destacable. Esa barrera de contención la tratará de dinamitar El Glorioso para dar un sensacional golpe sobre la mesa que le permita asentarse entre los mejores.
