Vitoria - El Deportivo Alavés que tan poco se pareció a sí mismo en la visita al Tenerife está obligado a volver por sus fueros ante un rival de la entidad del Girona, al que la clasificación no le hace justicia. El Glorioso se dejó todo su ideario futbolístico en el avión que le llevó a las Islas Canarias, como si el carácter guerrero que le define hubiese embarcado en un vuelo diferente. Ahora cabe esperar que esa adrenalina no haya quedado extraviada por el camino y que se encuentre de regreso a tiempo esta tarde en el vestuario de Mendizorroza. Y es que si algo ha evidenciado ya el equipo de José Bordalás en lo que va de temporada es que su vulgaridad en absoluta cuando no se emplea al máximo de sus posibilidades. Y nada mejor que repasar el vídeo del último partido, un desastre en toda regla, para comprobar esa aseveración. Por eso, el alavesismo espera de nuevo un equipo al límite para poder así regresar a la senda victoriosa y que las dudas que se han ido sembrando en las dos últimas comparecencias no acaben florediendo y dando paso a unas angustias del todo innecesarias.

La variabilidad de un resultado es asumible siempre y cuando se haga todo lo posible por conseguir una victoria. El ejemplo más claro es la derrota sufrida en Lugo. Se fue a ganar y se puso todo sobre el tapete para conseguirlo, pero falló la fortuna. Un recurso al que no se puede recurrir en el caso del tropiezo en Tenerife, donde el Alavés no hizo nada por ganar y superó los límites del ridículo casi de principio a fin de tan funesto partido.

Contra el Girona es obligado recuperar la mejor versión, ya que el cuadro de Pablo Machín es extremadamente peligroso. Sobre todo a domicilio, como reflejan los números que le convierten en el mejor visitante de la Liga Adelante. Y es que, de no mediar su desastroso rendimiento en Montilivi, el equipo catalán estaría de nuevo en el grupo cabecero del que no salió en casi ningún momento de la pasada temporada de la mano del mismo técnico y con una plantilla muy similar a la que ya asombró el curso anterior y que a punto estuvo de ascender a Primera División.

Para hacer frente a tan poderoso rival, cabe esperar una vuelta a los orígenes de un Bordalás al que el experimento en Tenerife no le salió bien, aunque más por una cuestión actitudinal que táctica. Y es que no hay dibujo que valga cuando sobre el césped no se pone la intensidad necesaria. Eso sí, todo hace indicar que el técnico alicantino recuperará una alineación inicial mucho más reconocible que la que presentó la semana pasada, aunque también contará con novedades notables.

Una de ellas, la segura, será la presencia en el centro de la defensa de Aritz Borda, ya que Víctor Laguardia se encuentra sancionado. La defensa se reconstruirá con el regreso de Raúl García al lateral izquierdo y de Carpio al derecho. También es previsible la titularidad de nuevo de Dani Pacheco, mientras que la gran novedad podría ser la presencia en punta de ataque de un Manu Barreiro que tiene que empezar a jugar ya con regularidad al lado de Gaizka Toquero.

El preparador alavesista estará pendiente de David Torres, que ayer sufrió un corte en la rodilla, para cerrar la convocatoria.