Vitoria - Mucho se ha hablado en el seno y en el entorno del Deportivo Alavés de la escasez de efectivos con la que contaba José Bordalás en la parrilla de salida de la temporada y tan cierto es que el técnico alicantino no cuenta con todas las piezas que le gustaría como que ha reducido a la mínima expresión la presencia en el equipo de algunos jugadores que considera que no están rindiendo al nivel mínimo exigible. Precisamente, la visita al Tenerife fue el partido que rompió con la tendencia del preparador albiazul de realizar retoques mínimos con respecto a su alineación de cabecera, pero, al mismo tiempo, el compromiso en el Heliodoro Rodríguez López sirvió para reafirmar que hay muchos jugadores en condiciones de aportar, en estos momentos, muy poco al colectivo. Una cuestión que ya dejó patente en propio técnico en la previa al último partido, cuando aseguró que espera más de varios jugadores que hasta la fecha no han ofrecido un rendimiento positivo.

Bordalás compuso en el estreno de la temporada en Huesca un once titular prácticamente por descarte y sobre esa primera alineación ha ido realizando variaciones casi todas las jornadas más por obligación que por necesidad. Las cifras son abrumadoras y reflejan la confianza que tiene el levantino en varios futbolistas. Fernando Pacheco, Javi Carpio, Víctor Laguardia y Gaizka Toquero han sido titulares en los doce partidos ligueros. A estos cuatro hombres hay que unir a Manu García (11), Sergio Mora (11) y Sergio Pelegrín (10), indiscutibles también siempre que han estado disponibles. La relación la completan Raúl García y Kiko Femenía, suplentes en uno de los doce partidos, y Juli, que se ha quedado en el banquillo de inicio solo en dos ocasiones. Diez de los once titulares, de esta manera, han sido fijos casi siempre, mientras que la única variante habitual ha estado en el extremo izquierdo, con Facundo Guichón (7) y Dani Pacheco (4) alternándose.

El caso Barreiro A partir de ahí, comienzan los problemas. Empezando por el caso especial que está protagonizando un Manu Barreiro que en estos momentos es el decimotercer hombre, aunque casi siempre saliendo desde el banquillo al haber sido titular solo en dos partidos. Al gallego le está costando muchísimo alcanzar el estado de forma óptimo después de encadenar varias lesiones y eso supone un grave problema para el ataque. Bordalás le está dando minutos en todos los partidos, pero su salto a la titularidad se convierta ya en una cuestión obligada.

Eso sí, la brecha que se abre detrás de Barreiro es abismal. Ya sea por minutos o por rendimiento. O por la conjunción de ambos factores, como en el caso de un Dani Estrada que ha sido tres veces titular y ha salido en otras cinco ocasiones desde el banquillo y cuyo rendimiento, si se deja a un lado el gol que le metió a Osasuna, está siendo un desastre. Al problema natural de una plantilla a la que ya le falta un segundo lateral específico se le une que el zarauztarra no aporta seguridad alguna cuando tiene que suplir a Carpio. Así, las alternativas defensivas quedan reducidas a la mínima expresión, ya que ni Aritz Borda ni Einar, una titularidad por cabeza por las dos ausencias de Pelegrín que el primero volverá a aprovechar el sábado ante la baja de Laguardia, están en disposición de desbancar a los dos centrales titulares.

La situación en el centro del campo es bastante parecida, ya que al margen de Manu García y Mora el único que ha disfrutado de la titularidad es un Jagoba Beobide que ha partido de inicio en los dos últimos partidos (en el primero por necesidad y en el segundo por decisión táctica), pero que ha vuelto a evidenciar sus carencias en una demarcación que se queda coja sin sus dos referentes. Peor aún es la situación de un Krisztián Vadócz que no ha conseguido engancharse al equipo desde su llegada (solo ha participado en dos encuentros y no lo ha hecho bien) y que para colmo ni siquiera fue convocado para el último partido contra el Tenerife o de un Sergio Llamas que ha entrado en cuatro ocasiones desde el banquillo pero casi siempre sin apenas tiempo para nada.

Pero peor todavía es la situación que está viviendo un David Torres que es el descarte más habitual de Bordalás. El delantero alicantino ni siquiera se ha visto beneficiado por el mal momento de Barreiro y solo ha entrado en seis convocatorias para disputar cuatro minutos con el partido contra Osasuna ya resuelto. El otro caso peculiar es el del guardameta Pau Torres, que ni siquiera ha debutado en Copa.

Plantilla acortada. Cierto es que desde principio de temporada el Alavés está lastrado por contar solo con veintiún fichas en su primer equipo, pero la verdad es que Bordalás ha reducido todavía más el abanico al reducir a apenas trece hombres sus rotaciones. Los otros ocho futbolistas apenas están teniendo relevancia en los planes del alicantino.

Por debajo de lo esperado. La confianza de Bordalás en un bloque de jugadores muy reducido viene marcada por el bajo rendimiento que están dando varios jugadores llamados a ser importantes. El caso más evidente es el de Manu Barreiro, quien no acaba de ponerse físicamente a punto y está muy lejos de su mejor versión. Algo similar se le puede aplicar a un flojo Estrada, que no lo ha hecho bien lo poco que ha jugado. En otros casos, los pocos minutos ni siquiera han sido suficientes para valorar su rendimiento, aunque todo hace indicar que algunos van a jugar muy poco.

7

Hay siete futbolistas que son inamovibles para José Bordalás en su alineación titular y que han estado en el once inicial siempre que han estado disponibles. Estos son Fernando Pacheco (12), Laguardia (12), Toquero (12), Carpio (12), Manu García (11), Mora (11) y Pelegrín (11).