Vitoria - En el entramado defensivo del Deportivo Alavés ha aparecido un enorme socavón en las últimas jornadas en un lateral izquierdo en el que Raúl García está atravesando por su peor momento desde que llegase a Vitoria. El gallego fue la pasada temporada uno de los albiazules más destacados y también dentro de la Liga Adelante brilló como uno de los mejores en esa demarcación, pero su nivel actual se encuentra muy lejos del exhibido entonces. Lejos de la plenitud física por los problemas físicos que le impidieron trabajar con normalidad durante la pretemporada, sus carencias defensivas -no es su faceta más brillante, ni de lejos- han quedado expuestas en unos últimos partidos en los que ha sufrido en exceso y ha cometido varios fallos que han supuesto la pérdida de puntos. La tarea de José Bordalás tiene que ser recuperarle cuanto antes, ya que se trata de una pieza clave en la plantilla al no contar, de momento, con otra alternativa en una demarcación en la que se está sufriendo mucho en los últimos partidos.
Esta debilidad en el flanco izquierdo de la zaga albiazul no se escapa al análisis de los rivales. No en vano, se les ha visto percutir con insistencia por esa banda en los últimos partidos. Raúl García ha tenido encuentros de mucho sufrimiento, pero ante el Albacete rebasó todos sus límites anteriores y, seguramente, firmó la que es su peor actuación desde que llegase a Vitoria. Con enormes problemas para cerrar su carril, encima tuvo la desgracia de facilitar el gol del equipo manchego al fallar en un despeje que parecía sencillo. Un nuevo tanto encajado que procedía de su zona de influencia, como ocurrió en el segundo del Córdoba o el que supuso la derrota en la visita al Lugo.
No es Raúl García un lateral excesivamente brillante en el apartado defensivo, pero con su espectacular físico podía recomponer en muchas ocasiones situaciones de compromiso y destacar, sobre todo, con el peligro que lleva en sus incorporaciones al ataque. No en vano, en verano fue pretendido por clubes de Primera División y manejó ofertas del extranjero, pero el Alavés se mantuvo en sus trece a la hora de reclamar el pago íntegro de su cláusula de rescisión al considerarle un jugador fundamental en su proyecto, pero ahora que sus piernas no están todavía al máximo de su potencia, esos problemas defensivos se hacen aún más evidentes.
El desgarro muscular que sufrió en el tramo final de la pasada temporada y que le impidió trabajar junto al resto del grupo durante casi toda la preparación veraniega sigue extendiendo su sombra sobre la figura del defensa de A Coruña. En la visita al Almería se tuvo que retirar del césped al sentir de nuevo molestias en la misma zona en la que había sufrido la lesión y, aunque el problema no le ha impedido jugar, todavía no ha alcanzado la plenitud física que le convierte en un jugador de los que marcan diferencias.
Este problema se ha añadido a la falta de alternativas que tiene Bordalás en su plantilla. Al alicantino se le habrá pasado en alguna ocasión por la cabeza la opción de relevar a Raúl García -solo se ha perdido 75 minutos en Liga, cuando tuvo que abandonar el partido en el estadio de los Juegos Mediterráneos tras haber abierto el marcador con un lanzamiento de falta directa- o llevar con él una puesta a punto individualizada, pero no puede hacerlo. No hay ningún lateral izquierdo más en el plantel y las soluciones alternativas son peores todavía. Y es que al principio del curso se pensaba en Javi Carpio como opción para cubrir cualquier problema del gallego, pero las escasas garantías que ofrece Dani Estrada en el perfil derecho hacen que esta alternativa no sea contemplada. Y lo mismo se puede decir de la situación de Einar, otro que sabe lo que es jugar en la banda izquierda pero que en estos momentos no ofrece garantía alguna.
Otro aspecto a tener en cuenta en los problemas que recientemente está sufriendo Raúl García hay que encontrarlo en su acompañante en el flanco siniestro. La pareja que la pasada campaña formó en gallego con Toti fue de lo mejor del Alavés ofensivamente -tampoco este año el coruñés se está prodigando tanto en el ataque-, pero es que defensivamente el extremo salmantino ofrecía una ayuda espectacular con sus carreras por la banda.
Esta situación se repitió de nuevo cuando el titular en esa demarcación fue Facundo Guichón, pero la titularidad de Dani Pacheco ha rebajado el poderío defensivo en esa banda. El malagueño es un estilete en el ataque, pero no se puede decir que su aportación hacia atrás sea importante. Así, en muchas ocasiones Raúl García no encuentra parapeto cuando sube la banda y se ve obligado a regresar para defender su posición en desventaja. Y esas situaciones generan un desequilibrio en todo el entramado defensivo, ya que al final es Sergio Pelegrín quien tiene que acudir a apagar los fuegos y el catalán sufre cuando se ve obligado a abandonar el eje de la zaga.
Cabe esperar que Raúl García vaya recuperando su mejor nivel en los partidos venideros, pero lo que es también evidente es la necesidad que tiene el Alavés de reforzar una posición que se quedó coja en verano ante la imposibilidad de cerrar el fichaje del racinguista Iñaki. En enero, el club no puede fallar porque si los actuales problemas del gallego persisten el crecimiento del equipo se va a ver cercenado.