vitoria - Uno de los principales objetivos de cualquier equipo al arrancar la competición es convertir su propio terreno de juego en un fortín lo más inexpugnable posible para todos sus adversarios. De su capacidad para recolectar una gran cosecha de puntos como local dependerá, en gran medida, el éxito o el fracaso de la temporada. El Deportivo Alavés no es una excepción y, por supuesto, intenta que Mendizorroza sea la piedra angular sobre la que se construya el proyecto comandado por José Bordalás. Sin embargo, el coliseo del Paseo de Cervantes está sufriendo unas peligrosas fugas en este tramo inicial del ejercicio.

Dentro del buen tono general que está mostrando el equipo y que le permite estar ubicado en las posiciones que dan derecho a la disputa a la conclusión de la campaña de las eliminatorias de ascenso, lo cierto es que el rendimiento como local es uno de los apartados en los que aún cuenta con margen de mejora. Porque, hasta el momento, el conjunto vitoriano únicamente ha sido capaz de ganar la mitad de los encuentros de Liga que ha disputado en Mendizorroza. Un balance que le ha permitido sumar once puntos (ha completado las tres victorias con dos empates y una única derrota) pero que también ha provocado que otros siete se fueran por el sumidero.

El último ejemplo de estos problemas para mostrarse solvente como local tuvo lugar el pasado sábado, cuando la escuadra albiazul no pudo pasar del empate frente al Albacete. Y eso que el arranque del choque no pudo ser más favorable para sus intereses. Cuando Gaizka Toquero perforó la portería manchega antes de que el cronómetro alcanzase los treinta segundos de juego, los presentes comenzaron a soñar con una tarde plácida pero, sin embargo, el guión empezó a torcerse antes del descanso con el gol del visitante Paredes que supuso el empate definitivo.

Al final, tras una segunda parte con más sobresaltos de los deseados, reparto de puntos y reencuentro con una sensación ya conocida que el Alavés había conseguido evitar en sus dos anteriores comparecencias en el Paseo de Cervantes. Los encuentros ante Osasuna y Córdoba junto al estreno de la segunda jornada frente al Oviedo se han convertido en la referencia para los discípulos de José Bordalás, puesto que son las ocasiones en las que han logrado retener los tres puntos en liza. Claro que no sin esfuerzo. Especialmente en el duelo ante el cuadro andaluz, al que tuvieron que remontar en dos ocasiones y acabaron por superar en el tiempo de descuento.

Sin embargo, la otra cara de la moneda la personifica la visita del Mirandés, que hizo lo que quiso con El Glorioso y le endosó un doloroso 2-3. Además, el Leganés también logró anular por completo el juego ofensivo albiazul aunue su inoperancia en ataque permitió al menos que el choque acabara en tablas.

Tres victorias. De los seis encuentros que ha disputado como local en Liga, el Alavés solo ha podio saldar con victoria la mitad. Fueron en concreto ante el Oviedo (2-0), Osasuna (3-0) y Córdoba (3-2). Esta última llegó con mucho sufrimiento tras remontar dos veces y con un gol en el tiempo de descuento.

Tropiezos. Hasta la fecha el equipo solo ha encajado una derrota, aunque fue extremadamente dolorosa por la pobrísima imagen ofrecida. Fue en el derbi ante el Mirandés (2-3). Además, ha terminado cediendo sendos empates en otros dos encuentros, ante el Leganés (0-0) y el domingo con el Albacete (1-1).