Vitoria ? Lejos de apagarse, las brasas desatadas por Javier Zubillaga en su enésimo incendio ?a cuenta esta vez del supuesto veto al que tanto Athletic como Real estarían sometiendo al Deportivo Alavés? van camino de recuperar el oxígeno y, en consecuencia, seguir consumiendo lo poco que queda de unas relaciones que empiezan a pender de un hilo cada vez más frágil con sus vecinos de Bilbao y San Sebastián.
Lejos de amainar este nuevo foco, el Alavés vuelve a quemarse en otra absurda guerra de declaraciones donde, de nuevo, defiende con vehemencia su posición al sentirse atacado y hasta ninguneado por sus entidades hermanas, algo que éstas siempre han negado. Sea como fuere y para contextualizar este último episodio hay que remontarse a la pasada pretemporada, cuando la RealSociedad se negó a ceder al Deportivo Alavés a David Concha, interior que finalmente recaló en el Numancia de Jagoba Arrasate, un ex txuri urdin, como el propio Zubillaga.
La decisión no sentó nada bien al responsable de la parcela deportiva del Alavés, que días después, en una entrevista emitida en Radio Vitoria, criticó con dureza no ya solo la política de fichajes de su antiguo club sino también la del Athletic.
A ambos metió Zubillaga en el mismo saco y con cierto tono victimista para justificar la ausencia de jugadores de ambos clubes en Vitoria. “El Deportivo Alavés no es grato para los vecinos desde que ha empezado a crecer. Es un inconveniente para el Athletic y la Real.
Desde Segunda B hemos querido jugadores del Athletic y no han venido”, censuró el técnico en las ondas en la primera de sus andanadas. “No ayudan al Alavés con la cesión de jugadores, así que para hacer grandes cosas lo tendremos que conseguir en casa. De aquí al lado nadie te va ayudar”, continuó después sin percatarse quizá que la campaña anterior Marco Sangalli actuó cedido por la Real en Mendizorroza o que la llegada de Borja Viguera a Bilbao dejó en las arcas albiazules un millón de euros.
“No me arrepiento en absoluto” Días después, y lejos de calmar su efervescente ánimo, Zubillaga aprovechó la presentación del húngaro Vadócz para reafirmarse en su postura inicial respecto a este asunto: “Una cosa son mis declaraciones y otra la magnitud que se les quiere dar después. Yo no me retracto en absoluto de lo que dije. Es más, me encantaría equivocarme. Y mucho. Señal de que aquí tendríamos más jugadores del Athletic y de la Real”, enfatizó el director deportivo.
La salida de toquero El supuesto veto firmó ayer un nuevo episodio, esta vez con el formato oficial de Ibaigane. En una comparecencia ante los medios, el presidente del club, Josu Urrutia, respondió explícitamente a Zubillaga, cuyas reivindicaciones siempre han sonado “extrañas” entre la secretaría técnica del club. Y aunque la sensación fue de querer restar mayor importancia al calentón, Urrutia sí fue taxativo a la hora de señalar a Zubillaga como el principal problema entre ambas directivas.
“Lo del Alavés es una cuestión que viene de largo y con Zubillaga ya ha habido algunas cuestiones como cuando íbamos a ceder a Albisua... Hay diferentes puntos de vista pero con los presidentes Querejeta y Fernández de Trocóniz he hablado varias veces. Les hemos dicho que podíamos atender sus demandas y de momento, que yo sepa, no ha habido una petición expresa del Alavés”, explicó el mandatario antes de reconocer las facilidades dadas a Toquero este verano para recalar en Vitoria. “Sí hemos facilitado la salida del jugador al Alavés porque es lo que quería pero más allá de eso no hemos tenido más peticiones del club para que ninguno de nuestros jugadores fueran allí... Pero bueno, sí que con Zubillaga hemos tenido algún tipo de problemilla”, zanjó Urrutia.