Vitoria - Krisztián Vadócz no quiere perder el tiempo y ya ayer, con sus palabras en su presentación y también con su trabajo en su primer entrenamiento, le quiso dejar claro a José Bordalás que está preparado para jugar en cuanto su nuevo entrenador lo estime conveniente. Ni período de adaptación ni falta de fondo físico después de más de tres meses sin jugar partidos oficiales. No puso el último fichaje del Deportivo Alavés excusa alguna. Viene a Vitoria para disfrutar de minutos y quiere hacerlo desde ya. “Quiero jugar ya este fin de semana”, aseguró el húngaro en su puesta de largo como albiazul.

El centrocampista no dudó demasiado cuando el Alavés se puso en contacto con él para trasladarle una oferta. “Recibí una llamada y no hubo mucho tiempo para pensar porque era lo que yo estaba esperando y en un par de días teníamos firmado el contrato. Estoy muy contento de estar aquí porque el Alavés es un club con mucho potencial y grandes objetivo, como yo. Espero que podamos compartir ese trabajo y el objetivo es ascender al final de la temporada”, señaló Vadócz.

El húngaro completó ayer su primer entrenamiento y uno de los aspectos más positivos es que en todo momento estuvo trabajando con el grupo, lo que evidencia que su estado de físico, aunque todavía no será el mejor, no es malo. El último fichaje alavesista ha estado realizando la pretemporada con el Honved de Budapest, el club en el que se formó, y al menos tiene una base de trabajo que le permite estar a un ritmo similar al de sus compañeros, ya que ha estado entrenando y también participando en algunos amistosos -en ninguno más de 45 minutos- de preparación en su país. Eso sí, su último partido oficial, con el Grasshoppers suizo, data del pasado mes de mayo.

“He estado entrenando para mantener la forma física y para prepararme para la situación que me ha venido ahora y en estos momentos tengo unos días para adaptarme rápido al equipo y al ritmo de la competición. Estoy listo para jugar ya desde este fin de semana porque quiero demostrar mi calidad desde el primer momento”, aseveró el mediocentro magiar.

En su primer entrenamiento se pudo comprobar que es un futbolista de porte elegante -muy erguido, siempre con la cabeza alta y que destaca por sus 188 centímetros- que tiene un buen manejo del balón con las dos piernas y que no duda a la hora de ensayar el disparo desde media distancia, una de sus especialidades. - B. Mallo