Creo que José Bordalás es un tipo listo, muy listo. De esos que de forma innata manejan el discurso público al dedillo y hasta son capaces de emprender por su cuenta y riesgo una campaña para lavar una supuesta fama de duro y marrullero. Hasta la fecha, Bordalás ha bordado esta faceta. Tanto, que hasta el propio club, con apenas tres jornadas disputadas, montó en cólera para justificar el cabreo del alicantino con los arbitrajes. Pero el miércoles en Soria patinó. A propósito o no. Solo él lo sabe, y porqué. Advirtió tras el partido de Copa que su equipo lo forman solo 18 jugadores y dos del filial (Einar y Llamas), y ninguneó gravemente a los dos chavales, con ficha del filial aún, cierto, pero a todos los efectos miembros del primer equipo. ¿Fue un (poco probable) lapsus?, ¿una mala interpretación?, ¿quizá un mensaje a Zubillaga? Sea lo que fuere, urge una explicación. Privada y pública. Los chavales la merecen. Y la afición también.