Vitoria - El Deportivo Alavés se ha metido de lleno en la ruleta del éxito en el estreno de la temporada y en la tercera jornada de la Liga Adelante no quiere bajarse del carro de las victorias por las que cuenta sus partidos. Ganar, ganar y volver a ganar, que diría el malogrado Luis Aragonés. El Glorioso buscará en su visita al Llagostera su tercera victoria consecutiva para seguir refrendando las buenas sensaciones del arranque del curso y, de paso, continuar con la exhibición de músculo que incluso le podría llevar a liderar la Segunda División de mantener su racha triunfal esta tarde. Cierto es que queda casi todo un año de competición por delante, pero todo lo que se adelante ahora es una ventaja para cuando los contrincantes se pongan a tono.
El equipo de José Bordalás ha exhibido músculo y pegada en unas dos primeras comparecencias en las que ha sido muy superior a sus rivales. Salvo los últimos minutos en Huesca, en los que los dos golazos del equipo aragonés generaron cierta sensación de inquietud, el cuadro albiazul ha sometido bajo su yugo a sus dos primeros oponentes. Cierto es que eran dos recién ascendidos a la Liga Adelante, pero ni unos ni otros parecen llamados a ser simples cenicientas y han mostrado recursos en sus otros compromisos para hacer cosas interesantes. Eso sí, ante las huestes albiazules cayeron con todas las de la ley.
El Glorioso ha solventado a la perfección sus dos primeros partidos exhibiendo un juego rápido y una pegada tremenda. Precisamente, un estilo que se adapta como un guante a las exigencias que se va a encontrar esta tarde en su visita al Llagostera, un equipo que la pasada campaña demostró que domina a la perfección ese juego. Al cuadro gerundense le está costando arrancar en este inicio de curso sobre todo por su falta de gol, pero basta con echar una mirada hacia atrás para saber que es un conjunto tremendamente sólido, sobre todo en el Nou Estadi de Palamós-Costa Brava. A las peculiaridades de dicho terreno de juego, no excesivamente grande y azotado en muchas ocasiones por el viento, tendrá que adaptarse el cuadro albiazul, que ha hecho del juego directo su esencia y que tendrá que explotar su combinación de seguridad defensiva y pegada en el área para superar a un oponente al que de momento le está costando encontrar el norte.
Dos claves ha explotado a la perfección el Alavés en sus dos primeros partidos y sobre dichas virtudes tratará de seguir cimentando su camino victorioso con su tercera victoria consecutiva, lo que ya supondría algo más que dar un puñetazo sobre la mesa y presentar la candidatura a las cotas más elevadas. Por una parte está la claridad a la hora de interpretar sobre el césped lo que José Bordalás dibuja sobre la pizarra. Por el otro, un poderío físico que en estos momentos marca diferencias entre los que tienen las piernas más frescas y los que aún tienen encima el peso de la pretemporada.
Ha sido el Alavés un equipo que ha evitado las complicaciones en defensa, que ha cometido muy pocos errores y que ha buscado el ataque con premura. Fuerte presión desde la primera línea, solidez atrás y rápidas transiciones en busca de los jugadores de mayor calidad, completadas hasta la fecha con un gran acierto en el remate, como bien reflejan los cinco goles marcados hasta ahora. Un juego sencillo y directo que ha aportado un enorme rendimiento en forma de seis puntos.
Pero para que la efectividad haya sido plena han sido fundamentales unas piernas resistentes. Aún permanece nítida en la retina la imagen del Glorioso desatado en sus primeros minutos en Huesca, cuando se llevó por delante al equipo local con su presión adelantada. La dura preparación física de la pretemporada, con muchas horas de trabajo a las órdenes de Javier Vidal, ha dado de sí una frescura que ha sido fundamental en el inicio del curso, ya que los rivales han sucumbido ante ese músculo vitoriano.
La única duda antes del partido es determinar si Bordalás optará por repetir el mismo once por tercera jornada consecutiva o si, por el contrario, optará hoy por dejar fuera a Juli y apostar en punta de ataque por dos delanteros clásicos.