vitoria - El Deportivo Alavés está recibiendo en las últimas semanas más calabazas de las que probablemente esperaba. Como si fuera el protagonista de una de esas películas romanticonas que suelen inundar las sobremesas, el combinado albiazul ha ido realizando propuestas de matrimonio a sucesivas novias y, desgraciadamente, muchas de ellas le han contestado con un no. A los casos ya conocidos por ejemplo de Unai Medina y Dani Toribio se ha sumado el de uno de los futuribles que más ilusión había despertado entre la hinchada de Mendizorroza, Pedro Ríos.

El jugador andaluz del Recreativo de Huelva era uno de los objetivos de la secretaría técnica de Javier Zubillaga -en estrecha colaboración con el técnico José Bordalás- para el próximo ejercicio pero su futuro definitivamente no pasará por Mendizorroza. Con una dilatada trayectoria a sus espaldas (el próximo mes de diciembre cumplirá 34 años) en la que ha dejado sobradas muestras de su calidad tanto en Segunda como en Primera División -Getafe y Levante fueron sus principales escaparates-, el descenso que ha sufrido su actual equipo le convirtió rápidamente en codiciado objeto de deseo para no pocos pretentedientes.

Entre ello, el Alavés, que trató de mover ficha rápidamente para poder hacerse con los servicios de este resolutivo interior derecho. Sin embargo, sus argumentos no han sido suficientes para convenser al futbolista nacido en Jerez de la Frontera, que ya ha dejado claro a través de sus representantes que optará por otra de las alternativas que tiene sobre la mesa.

Los principales obstáculos que han hecho imposible el acuerdo entre Pedro Ríos y el Alavés son los dos años de contrato que le restan con el Recreativo de Huelva y la elevada ficha que tiene firmada con la entidad onubense. Unas cantidades inasumibles para el decano del fútbol español en Segunda B pero que el futbolista desea salvaguardar lo máximo posible.

Ambas partes tienen claro que sus caminos se van a separar pero también son conscientes de que necesitan encontrar unos términos que no sean excesivamente perjudiciales para ninguna. En este escenario entra en la negociación el equipo que desee contratar a Ríos, que estará obligado a asumir buena parte de ese paquete bien garantizando al centrocampista unos emolumentos considerables o un vínculo prolongado en el tiempo.

Como quiera que ninguno de estos dos supuestos entran en la política que está llevando a cabo el Alavés, las conversaciones no han llegado a buen puerto. Y es que para que la entidad de Mendizorroza garantice más de un año de contrato -y más teniendo en cuenta la veteranía del futbolista andaluz- tienen que concurrir muchas circunstancias que en este caso no se daban.

Así pues, una vez descartada ya la posible llegada de Pedro Ríos a Mendizorroza, Zubillaga y Bordalás tendrán que seguir peinando el mercado para dar con una alternativa de garantías. A ser posible, que pueda estar en Vitoria la próxima semana cuando, el jueves, arranquen los entrenamientos de pretemporada. Una situación que no se da únicamente en este caso sino en las numerosas negociaciones que se encuentran abiertas en estos momentos y que podrían cerrarse satisfactoriamente en los próximos días. Una lista en la que figuran, por ejemplo, el portero Manu Herrera, el centrocampista Guichón o el lateral izquierdo Iñaki.